Derrota, pero con matices. El primero tiene que ver con la actuación arbitral, absolutamente decisiva en el devenir del encuentro. Arias López, con el que el Tenerife no conoce la victoria después de ocho coincidencias, se inventó dos penaltis que pusieron en bandeja la victoria al Zaragoza. El primero abrió el partido a los 21 minutos, luego de una dubitativa salida de los locales, escribiendo el guion de los 70 restantes. Desde entonces, el balón fue visitante. Pero apareció el segundo matiz: la falta de calidad para decidir en los metros finales, que dejó sin sumar (lo merecía) a los blanquiazules. Y ahí hay un segundo actor importante: el técnico. ¿No querían contención? Pues dos tazas. Raúl Agné optó por ser más Raúl Agné que nunca. De todas las alternativas que manejaba para sustituir al lesionado Cristian escogió la más defensiva: dar entrada a Germán como central y adelantar a Alberto Jiménez. Es verdad que fue fiel a sí mismo, pero también demostró su nula confianza en Abel y Ricardo. También que si alguna vez llega la apuesta por el talento no será pronto, ya que ayer duró demasiado poco. Pero de momento da con ese aprobado raspado que se busca, da para ofrecer un equipo aseado, agresivo y hasta competitivo. De hecho, las carencias solo se notan en momentos y situaciones puntuales. Como sucedió a partir del 1-0. Porque hasta ese momento estaba más incómodo un Zaragoza que anda lejos de ser un candidato al ascenso. Sin ideas ni desequilibrio, los de Popovic resultaron previsibles y animaron en la presión a su rival. En un par de pérdidas en la salida ya se soliviantaron las gradas. Justo entonces emergió la figura salvadora de Arias López, que se inventó un penalti de Raúl Cámara a Ortuño. El lateral llega antes al balón y despeja. Es el delantero el que choca con él. Pero el árbitro quiso ver otra cosa y permitió adelantarse a los maños. Desde el tanto de Ortuño (21''), el balón fue para los visitantes. Refugiado en el contragolpe, el conjunto aragonés ya no se asomó al área de Dani Hernández. Empezó entonces el problema para los de Agné, sin calidad para manejar en el centro del campo un choque así. Solo Suso, de falta directa, asustó a Bono (32''). Mientras, tanto Vitolo como Aitor Sanz tenían tiempo para controlar, conducir, pensar y crear. Otra cosa es que encontrarán un compañero entre líneas con la capacidad de inventar. Esa ausencia la notaron hasta casi el final. Porque la segunda mitad no cambió, pese a las buenas intenciones iniciales del Zaragoza. Con renovados bríos, quiso empujar desde los costados. No tuvo éxito ni se acercó con peligro, salvo en un disparo de Diamanka a la cruceta desde fuera del área (52''). A medida que avanzaba el choque, se acentuaba el dominio visitante. Siempre territorial, nunca plasmado en llegadas verdaderamente peligrosas. Vitolo y Aitor iniciaban abiertos para propiciar la "apertura" de la maraña rival en el centro del campo. Los espacios fueron apareciendo. pero seguía faltando una llave para abrir el candado. Cambiando su camino habitual a la hora del mirar al banquillo, Agné recurrió a Cristo González. Los laterales, sobre todo Aurtenetxe, empezaron a vivir en campo contrario. Quizás por eso, el segundo movimiento del preparador visitante fue dar entrada a Omar Perdomo por Raúl Cámara. Pero conviene detenerse en el primero para valorar a un jugador, de 18 años, que lleva seis jornadas sin minutos y que saltó al césped sin miedos. El primer balón que recibió sirvió para sacarse de encima a un contrario y dar un buen pase. El segundo, para forzar una amarilla. El tercero, para habilitar a Omar Perdomo dentro del área (el asistente levantó la bandera, pero era posición correcta). Faltaba una vuelta de tuerca más para decantar la balanza. Para convertir en ocasiones de gol todo ese dominio. Pero mientras el Zaragoza daba pasos atrás, Agné tardó. Cuando llamó a Tomás Martínez, ya habitaban nueve blancos en la frontal del área y jamás llegó esa oportunidad de empatar. De hecho, la acción más clara para el Tenerife fue un remate de Carlos Ruiz con la espalda al saque de una falta. Ya en el tramo final, Arias López quiso rematar la faena inventándose otro penalti. Lo convirtió el tinerfeño Ángel, que lo celebró como si hubiera nacido en Calatayud (94'').

2-0

zaragoza-tenerife

Zaragoza: Bono (1); Isaac (1), Vallejo (2), Cabrera (1), Rico (1); Erik Morán (1), Diamanka (1), Wilk (1); Hinestroza (1), Jorge Díaz (0) y Ortuño (1). En el minuto 56, Ángel (1) entró por Jorge Díaz; en el 63, Abraham (1) por Hinestroza; y en el 78, Sergio Gil (s.c.) por Diamanka.

CD Tenerife: Dani Hernández, Raúl Cámara, Germán, Carlos Ruiz, Aurtenetxe, Alberto, Vitolo, Aitor Sanz, Suso, Nano y Pedro Martín. Además, Cristo González sustituyó a Nano (61''); Omar Perdomo a Raúl Cámara (72'') y Tomás Martínez a Vitolo (83'').

Árbitro: Francisco Manuel Arias López (0), del Comité Cántabro, asistido por Lamsfús Bartolomé y Mateo Vaquero Agama. Pitó dos penaltis que no fueron y decidió el partido. Mal en la gestión final del tiempo y las tarjetas a los visitantes. Expulsó a Suso por doble amonestación (90'' y 93''). Amonestó a Hinestroza (31''), Diamanka (56''), Isaac (83''), Rico (90'') y Abraham (92'') por el bando local, mientras que por los visitantes vieron la amarilla Raúl Cámara (19''), Dani Hernández (93'') y Carlos Ruiz (94''). También fue amonestado Fabián Rivero, segundo entrenador de Agné.

Goles: 1-0, m. 21: Ortuño, de penalti. 2-0, m. 93: Ángel, de penalti.

Incidencias: Encuentro correspondiente a la novena jornada de Liga Adelante, disputado en La Romareda ante más de 15.000 espectadores. Tarde agradable y terreno de juego en buenas condiciones. El Tenerife vistió su segunda indumentaria, la rosa y negra. Jorge Sáenz fue el descartado por Raúl Agné. El encuentro fue ofrecido por Movistar Plus.