El estado de las playas de Candelaria parece verse amenazado frecuentemente por vertidos de aguas negras. Esta vez le vuelve a tocar al entorno de la conocida como playa del Alcalde, en las inmediaciones del estacionamiento público situado frente al Ayuntamiento de la Villa Mariana.

Vecinos y visitantes se percataron de la existencia de "un fuerte mal olor" o, como señaló un usuario de las redes sociales, "un olor insoportable de aguas negras". De hecho, Facebook alberga algún vídeo sobre este hecho.

Sin embargo, la inspección ocular realizada por la Policía Local de Candelaria, una vez tuvo conocimiento de la denuncia pública realizada a través de la red, constató que en la zona no se percibía la presencia de vertido alguno en el mar, según explicaron fuentes autorizadas del gobierno municipal.

Otros visitantes de la Villa Mariana ratificaron que "el hedor era nauseabundo" y que esta situación "no es la primera vez que la vivo aquí, siendo alguien que viene muy de vez en cuando". En cualquier caso, a primera hora de la tarde de ayer la situación parecía solventada.

La última vez que se registró el cierre de una playa en Candelaria fue el pasado 25 de septiembre, cuando el gobierno municipal tomó tal decisión después de que los socorristas de la playa de Punta Larga detectaran un vertido de procedencia desconocida en la zona de baño.

En julio pasado, la playa que se vio afectada por un vertido de aguas fecales, como consecuencia de una incidencia en la estación de bombeo, fue la de El Pozo, en el entorno del muelle pesquero.

La puesta en marcha de la depuradora comarcal es una reivindicación que se plantea desde todos los ámbitos políticos del Valle de Güímar. En el caso de Candelaria, el último acuerdo plenario referido a esta infraestructura está enmarcado en el que afecta a la Entidad Urbanística de Conservación (EUC) del Polígono Industrial de la comarca.

En ese foro, el Cabildo asume tanto el emisario submarino como impulsar la puesta en funcionamiento de la depuradora comarcal. Al respecto, los tres municipios beneficiarios (Arafo, Güímar y Candelaria) conocen que en el plazo de tres meses debe estar desbloqueada la realización de las obras y la dotación para materializar su entrada en servicio durante el año próximo.

El 20 de diciembre de 1991, la Consejería de Obras Públicas, Vivienda y Aguas del Gobierno de Canarias adjudicó el contrato de redacción del proyecto y la ejecución de las obras relativas a la Estación Depuradora de Aguas Residuales Comarcal del Valle de Güímar. Transcurridos más de 19 años, los casi 600.000 euros invertidos en su construcción y los otros 300.000 euros de una reparación y rehabilitación no han tenido utilidad alguna.