Don Pedro. El del PSOE. Al parecer, totalitario e indocumentado. Que pretende gobernar este país llamado España después de las elecciones de diciembre. Ese, que a tal fin no tiene empacho en utilizar el "dedazo" para configurar las listas del partido. Así, entre otras posibles, ha incluido en el nº 4 de la lista por Madrid, en la que él va de nº 1, a una mujer que él tilda de independiente, doña Irene Lozano, que proviene de UPyD tras haber puesto en serias dificultades a ese partido como queda demostrado en sus descalificaciones gruesas al que fue su compañero y eurodiputado Sr. Sosa Wagner. Que siendo diputada por UPyD ya había asumido su puesto en la lista del PSOE.

Pues bien, tal es el fichaje de don Pedro Sánchez, al margen del PSOE, para la campaña de este partido al Congreso. Viene a poner de manifiesto don Pedro Sánchez, así se puede deducir, que en el PSOE no hay reserva de militantes capaz de conformar las listas en su totalidad. ¡Hay que reclutar independientes! Ello ocurre en un partido fundado por Pablo Iglesias, con un grupo reducido de tipógrafos, en 1879. Un partido con más de 130 años de historia, de esa historia de la que incluso don Pedro Sánchez pretende presumir. Es incomprensible, el dedazo de don Pedro Sánchez se ha manifestado. El silencio de los corderos, también.

El día 9 de éste mes leía, en el teletexto de la 1, que Pedro Sánchez reivindicaba el tradicionalismo de los valores socialistas en "el puño y la rosa". Bien es cierto que después de la transición ha sido ese el logotipo que identificaba al PSOE en España. Pero en la historia del PSOE hubo otro logotipo del que, posiblemente, don Pedro Sánchez no tenga pajolera idea. Era el que identificaba con toda propiedad la imbricación del obrero y el intelectual. Era el yunque con el tintero y la pluma. Ese sí tenía un mensaje claro.

Ahora, el Sr. Sánchez viene a proponer ocurrencias de cara al próximo periodo electoral y hacer de la religión otro conflicto en este país. Como si no tuviésemos problemas muy serios a los que debiera dedicarse un gobernante que pretende serlo. Creo que tal señor le está haciendo un flaco favor al partido, Más bien lo está metiendo en serias dificultades que el PSOE no debería merecerse. Pero, en fin, ahí están los militantes, y los comités, y la "democracia interna" que debería ser vector fuerza porque, además, lo dispone la Constitución.