El Tenerife necesita reencontrarse con la victoria después de tres partidos en los que solo ha sumado dos puntos. El conjunto blanquiazul, que recayó en sus problemas de juego en su última aparición en casa ante el Leganés, no está sobrado de puntos para manejar estas situaciones con mayor tranquilidad. De hecho, salvo el corto tramo ante Llagostera y Mirandés, con dos triunfos y un 5-0 a favor, el Tenerife no ha terminado de encontrarse a gusto en esta Liga. Ni de gustar a su gente.

Pero para la batalla dura de esta tarde ante un rival de postín, Agné no va sobrado de recursos desequilibrantes. La absurda tarjeta roja a Suso en Zaragoza y los problemas físicos de Choco Lozano, que tal vez juegue un rato, reducen la capacidad ofensiva de un equipo cuyo entrenador reconoció el viernes que su ataque es mejorable. Agné probó ayer sin Nano y con Cristo González como titular. Omar Perdomo jugará en el costado derecho.

Jugando en casa hay reticencias para alinear a Alberto en medio campo, pero no quedan muchas más opciones, salvo la entrada de Ricardo. Si sucede esta última variante, Alberto sería central y se caería del equipo Germán. De lo contrario, jugarían los mismos de La Romareda, sin Suso.

Osasuna llega al Heliodoro en un momento dulce, presidido por la ilusión de un posible regreso a Primera, algo que se atisba muy lejano para un equipo que está sorprendiendo, en especial por el aprovechamiento máximo de sus contados recursos. Y líder tras la derrota del Córdoba. Lo normal es que juegue su once de gala, con cinco defensas, que al desdoblar puede dibujar un 3-3-3-1, con Nino en punta y la novedad de Maikel por Olavide en el medio.

No obstante, el equipo navarro sabe que en el Heliodoro todo puede cambiar. Nunca ganó aquí en Liga. El conjunto blanquiazul se impuso en 13 de los 16 choques anteriores. Los otros tres acabaron en tablas. El consuelo para los rojillos radica en que empató en tres de sus últimas siete visitas ligueras a la Isla.