Fabián Rivero recibe la alternativa, aunque sea temporalmente. La sanción de Raúl Agné le entregará el mando del equipo durante los próximos tres partidos. Se mantendrá en contacto con el primer entrenador "seguramente a través de un móvil" que llevará alguien del banquillo, pero las instrucciones serán suyas. Y cuando los futbolistas se giren hacia la banda buscando una referencia, allí estará el preparador tinerfeño. "Estoy más que ilusionado, muy responsabilizado y con ganas de que el equipo siga mostrando el nivel de las últimas jornadas", comentó ayer.

No será la primera vez que ejerza como jefe, puesto que ya dirigió con éxito al Tenerife B, el Lanzarote o el Mensajero, con el que se quedó a un paso de ascender a Segunda B. Para Rivero, será todo "muy natural" porque "es muy fácil trabajar con Raúl". Desde su llegada al cuerpo técnico del primer equipo, ha sentido "la confianza" de tener la posibilidad de opinar sobre cualquier cuestión deportiva, algo que es "de agradecer". "Hay buena conexión entre todos los integrantes del cuerpo técnico", indicó para hacer ver que los encuentros ante Lugo, Alavés y Albacete no serán muy distintos.

Cuestionado sobre el partido del Anxo Carro, Fabián fijó el objetivo en "lograr un buen resultado fuera de casa" aprovechando las buenas sensaciones que quedaron del empate ante el Osasuna. "Moralmente nos supo a victoria y el equipo está fuerte física y mentalmente", aseguró antes de agregar que se marcharon del Heliodoro "reforzados" y con conclusiones "muy positivas" del esfuerzo y el juego desplegados.

Queda refrendarlo con un buen resultado en el Anxo Carro que mitigue los números como local del Tenerife, que solo ha ganado uno de sus cinco encuentros. "Creo que estamos pagando el mal inicio", dijo el ayudante de Agné sin pararse demasiado en la parte negativa. "A domicilio entiendo que es para estar contentos. Hemos puntuado e incluso de Zaragoza salimos también con buenas sensaciones, a pesar de la derrota", quiso valorar.