Valentino. Un ídolo que ha sido para muchos aficionados al circuito de las motos. Campeonísimo, simpático, locuaz. Reunía casi todo para ser idolatrado por la afición. Todo ello se rompió. El ídolo se vino abajo con su repugnante acción en la carrera que se desarrollaba el pasado domingo, día 25, en los EEUU.

Nos estaban ofreciendo una carrera emocionante, intensa, los corredores Rossi y Márquez con sus continuados adelantamientos. Catorce adelantamientos en menos de ocho vueltas al circuito. Todo un espectáculo. Era una de esas carreras en las que, generalmente, cuando los corredores terminan dicen que se han divertido. Esto lo echó por tierra Rossi con su actuación.

Era el intento decimoquinto de adelantamiento, por parte de Márquez a Rossi, cuando éste vino a ejercer de burro soltando una coz que arrojó a Márquez y su moto al suelo. Y es que, todos lo pudimos ver, fue como la coz de un burro: descarga y recogida rápida. Así fue la coz de Rossi. Quienes hemos sufrido alguna vez la coz de un burro sabemos lo que es. Y ahí se difuminó mi ídolo. Pasó de ídolo a burro, con perdón para los burros, en un instante. Y además de burro, embustero cuando se vio ante los medios de comunicación afirmando que no había hecho lo que todos habíamos visto.

No sé si en la carrera del domingo, en Valencia, conseguirá alzarse con el campeonato del mundo. Si al fin lo consigue, será con un baldón de antideportividad que habrá de acompañarle toda la vida. Y los aficionados congregados en el circuito habrán de hacérselo ver. No se debería poder adornar con la corona quien se ha comportado como un bellaco. Además, favorecido por la Federación Internacional al no sancionarle como el acto antideportivo y peligroso requería. Si hubiese sido otro corredor, de la mayoría que forman la parrilla, el que hubiese soltado la coz a buen seguro que la sanción hubiese sido más grave. Muy probablemente le hubiesen mostrado bandera negra y, por tanto, le hubiesen sacado de la carrera. Pero parece que también en el deporte hay "nobles" y "plebeyos". A los primeros se les consiente o minimizan las faltas. A los segundos se les sanciona ejemplarmente. También en el fútbol.

En el ámbito deportivo tenía dos ídolos. Uno, Rossi en las motos, por lo que al principio dije, su ser y estar en el circuito. Este ídolo se ha caído, no de la moto, sino tirando a otro compañero y adversario. El otro ídolo que me queda es Federer, en el tenis. Un caballero de la cancha que, gane o pierda, siempre se muestra como todo un señor, tal como define al vocablo la acepción 2 del DRAE.