El tinerfeño José Padilla (Santa Cruz, 1976) es uno de los tres dramaturgos canarios, junto a Antonio Tabares e Irma Correa, que participan en el proyecto escénico "Canarias escribe teatro: Nuevas voces", promovido por la compañía 2RC, que se ha materializado en el montaje "El mar y las estrellas", que se escenificará hoy, a partir de las 20:30 horas, en el teatro Guimerá de la capital tinerfeña.

Esta obra, que dura alrededor de una hora, consta de tres piezas. La primera es de Antonio Tabares y recrea la visita del astronauta Neil Armstrong a La Palma en 2011. La segunda está firmada por Irma Correa y habla del exilio de Miguel de Unamuno en Fuerteventura en 1924, y la tercera, la de José Padilla, describe la estancia de la escritora Agatha Christie en su viaje a Las Palmas en 1927, aunque antes estuvo en el Puerto de la Cruz.

"Las tres historias tienen un denominador común y es que hemos tratado de imaginar cómo fueron las visitas a nuestras islas de gente ilustre en diferentes campos, su estancia en un entorno tan característico y cómo eso, digamos, determina su comportamiento y cambia su punto de vista respecto al mundo la estancia en un sitio tan particular como es una isla. Para los que vivimos o hemos vivido en una isla no se valora tanto, pero para alguien de fuera pasar una temporada en una isla es algo determinante. Nosotros nos imaginamos cómo les marcó esa estancia".

Padilla se documentó e investigó el periodo vital de la escritora británica cuando visitó Canarias antes de escribir su pieza y descubrió que "el viaje de Agatha Christie a las Islas fue casi de curación del alma. Era una época muy difícil para ella porque acababa de salir de un divorcio. Su marido la abandonó con algo tan desagradable como una infidelidad. Ella puso kilómetros por medio de donde estaba el problema y se fue a Canarias tratando de recuperarse anímicamente".

Con estas premisas, Padilla se imaginó cómo tuvo que haber sido una noche en la vida cotidiana de la prolífica autora especializada en el género policial en el hotel Metropol de Las Palmas, donde pernoctó durante su estancia en Gran Canaria. "A partir de ese hecho, sabiendo que estuvo en ese hotel imaginé una historia, que es la que propongo al público que vaya a verla al Guimerá".

Por otro lado, el dramaturgo y actor tinerfeño, Premio Ojo Crítico de RNE, también tiene previsto estrenar en el teatro Guimerá, los próximos días 6 y 7 de noviembre, su último montaje, una versión de "La isla púrpura", de Mijaíl Bulgákov, obra que presentó ayer en Avilés.

Este espectáculo basado en el original del escritor ruso, que despertó su interés hace más de quince años, cuando empezó a hacer teatro en Tenerife, encierra muchas claves que atraen su interés como un dramaturgo al que le gusta experimentar siempre con nuevas propuestas y temas.

"Es una obra que trata muy directamente el tema de la censura, cómo nos comportamos ante una situación difícil en un marco laboral, de la libertad, del libre albedrío. Es una obra muy jugosa con todos estos temas y contados desde dos prismas, desde la farsa y la sátira, utilizando el recurso del teatro dentro del teatro. Un grupo de teatro hace una obra pero dentro del teatro y todo ese juego me llamó mucho la atención. De entrada me pareció algo lúdico, pero con los años y la experiencia me pareció un reto fabuloso".

"La isla púrpura", escrita por Bulgákov en 1927, está contada por un grupo de teatro en el Moscú de los años 20. "No va a costar mucho ver el paralelismo entre esos años y los nuestros, y el periodo que nos está tocando vivir en cuanto al maltratamiento de la cultura, que es el estado actual".