Cuatro calles principales denominadas por su número ordinal fueron el origen del barrio del Perú, uno de los históricos y más tradicionales de Santa Cruz. Los tiempos han cambiado el paisaje urbano desde las casas terreras originales a los grandes bloques con nuevos vecinos. Los viejos, apuntan las fuentes, "han desaparecido casi todos". Eso ha aumentado la sensación de desarraigo, aunque "seguimos trabajando por integrar a todos con nuestras señas de identidad", apostillan.

"Todo es el Perú -reivindican-, desde la avenida Islas Canarias hasta Villa Ascensión y de La Salud a la Cuesta de Piedra". Incluida la Cruz del Señor, el nombre que más éxito popular ha tenido para denominar a este amplio rectángulo.

EL DÍA recorrió el barrio con Gregorio Reverón, dirigente vecinal de San Andrés, pero "nacido y criado" en la calle Segunda, hoy Rafael Arocha Guillama.

"Había cuatro principales. Primera, Juan Rumeu García, Segunda, Tercera (Leocadio Machado) y Cuarta (José Rodríguez Moure) con sus correspondientes transversales". Entre ellas, el Pasaje Macario Peña, en honor del "dueño de muchas de las fincas y huertas" que dominaban en el entorno.

Reverón valora "el impulso desde la parroquia del sacerdote Francisco Arteaga, que en los años 80 nos unió para lanzar el colectivo vecinal". Valora la importancia e impronta de la Casa de Ejercicios espirituales de la cercana calle Santiago Beyro y de la propia iglesia, cuyos salones parroquiales "han acogido de todo, desde reuniones clandestinas a clases para adultos o recogidas de alimentos en estos años de crisis".

Rememora la existencia "del Fielato, que estaba donde se encuentra la Cruz del Señor (Islas Canarias abajo) y fue fundamental en la posguerra, en la época de las cartillas de racionamiento".

Entre plazas como la dedicada al cura, Cruz del Señor y Divina Pastora (nombre de las urbanizaciones) transcurre la ruta. Frente a la calle Primera, un parque infantil "más o menos bien dotado". La limpieza "tampoco está mal" y la seguridad "como en todos lados", pero este es "un barrio tranquilo" con un sector comercial donde destacan los pequeños negocios familiares.

Al llegar al parque de Las Indias, el límite con Salud Bajo, Goyo recuerda: "Dentro había una charca para dar agua a las huertas y plataneras. Todavía hoy mana de la fuente con ese origen".

Respecto a las instalaciones deportivas, sobre todo las canchas de Divina Pastora, "hay que mejorarlas porque han estado muy abandonadas, aunque les dieron un lavado de cara antes de las últimas elecciones".

Un aparte para el Palacete Coviella: "Es un edificio de un enorme valor que está muy poco utilizado. Se ha dejado de mantener y eso ha originado cierto deterioro. Hay que ponerlo en uso y si es para el barrio y sus vecinos, mucho mejor". Reverón apuesta por "reactivar el Perú fomentando las señas de identidad, que vienen de unos orígenes humildes pero muy dignos".

En el otro lado del límite se llega hasta lo que se llama "Ballester, por debajo de la Cervecera". Hasta ahí guio Reverón en este recorrido por el barrio del Perú.

Cuatro calles que se han multiplicado por cinco con los años. Pocos vecinos viejos y mucha gente nueva, incluso ya en tercera generación. Pero en el Perú.

Nombre y situación

Dos teorías: Perú, por el país sudamericano, y "Pirú" de supuesta raíz aborigen. A elegir. Los límites: el parque Las Indias y Salud Bajo, Ballester; el barranco de San Joaquín y Villa Ascensión; Vitabana y la Cuesta de Piedra.

Población

El censo de 2014 establecía 5.331 empadronados. Las fiestas son el mes de mayo.

Reseña histórica

El barrio se desarrolló como tal en la década de los años 30 del siglo pasado, en torno a la carretera que unía y une Santa Cruz con La Laguna, consolidándose posteriormente entre los años 70 y 80.

Servicios

Cuenta con una parada del tranvía, Cruz del Señor, y espacios a resaltar como la propia cruz, el Palacete Coviella o el parque de Las Indias. Las cartillas sanitarias corresponden al centro de salud de la avenida de Venezuela. En sus límites están el CEIP Villa Ascensión y el IES Las Indias. Y también la Cervecera, que dio en el pasado bastante trabajo a gente de la zona.

Movimiento vecinal

La AV Las Palmitas ha aglutinado desde siempre la actividad sociocultural, con cursos y talleres que se mantienen de forma residual hoy, gracias a la iniciativa privada. Aquí nació, se desarrolló y ensaya la rondalla Tajora-Las Palmitas, que se ha consolidado en el Carnaval chicharrero. Hubo una gran afición al fútbol y al fútbol sala, con clubes históricos como la UD Peruanos, de esta última disciplina deportiva.

Plácido

Plácido Montesdeoca del Pino. Nombrarlo es hacerlo del barrio donde se crio y ha vivido la mayor parte de sus 68 años. De profesión conserje, fue fundador de Las Palmitas en los años 80. En el colectivo ha sido directivo, secretario y presidente desde hace 16 años (cuatro mandatos). Ahí sigue "porque nadie quiere presentarse". Fue miembro por CC del primer tagoror y antes de la Ley de Grandes Ciudades de los llamados Consejos Territoriales. Eso demuestra su inquietud por el movimiento vecinal, del que es referente en la capital tinerfeña. Es habitual verle con "papeles para arreglar". Y no solo suyos, sino de los vecinos.

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