El delantero de la UD Las Palmas Sergio Ezequiel Araujo ha reconocido este martes que no se encuentra en su mejor momento y que considera que si esta temporada marca cinco goles en su estreno en Primera División, "serán muchos".

El ariete argentino, suplente el pasado sábado ante el Real Madrid en el Bernabéu (3-1), ha recordado en rueda de prensa en Maspalomas que "nunca" ha sido un goleador y que los 25 tantos logrados la temporada anterior en la Liga Adelante fueron "algo soñado" que "no se va a repetir", porque tuvo "mucha suerte".

Antes de comenzar la actual temporada, Sergio Araujo dijo públicamente que su objetivo era marcar "entre diez y doce goles" en la máxima categoría del fútbol español.

El delantero, por quien Las Palmas rechazó el pasado verano una oferta millonaria, ha añadido hoy que no se siente titular indiscutible y que tampoco está obsesionado por haber anotado un solo gol en la Liga BBVA, en la visita al Celta (3-3), aunque según sus cuentas "son dos", ya que se atribuye el que se marcó en propia meta Pablo Hernández tras un centro suyo en ese mismo partido.

El jugador procedente del Boca Juniors, de 23 años, no se arrepiente de haber continuado en la isla, donde asegura sentirse "a gusto", pero ha dicho que si no tiene continuidad verá si puede "salir", aunque en principio no tiene deseo de marcharse.

Araujo admite que el nuevo entrenador, Quique Setién, no le dio explicaciones sobre su suplencia del pasado sábado y opina que su sustituto, el brasileño Willian José, hizo "un partidazo".

De hecho, anuncia que le apoyará si vuelve a jugar el siguiente partido, el próximo viernes ante la Real Sociedad en el estadio de Gran Canaria.

Respecto a ese encuentro, el delantero ha añadido que volverán a tener el hándicap del estado del césped -"no nos permite hacer nuestro juego"-, aunque perjudicará "a los dos equipos", por lo que, a su juicio, "quien cometa menos errores ganará el partido".

A pesar de la mala situación clasificatoria de Las Palmas, penúltimo con seis puntos de 30 posibles, el argentino es optimista porque "queda mucho" y prefiere "empezar mal y terminar bien, logrando la salvación".