El Stoke rentabilizó la fragilidad del Chelsea, que cayó también en el Britannia Stadium (1-0), firmó un desplome histórico y ennegreció el futuro de su entrenador, el portugués Jose Mourinho, ausente del recinto a causa de una sanción.

Los seguidores ''blues'', sin embargo, dieron presencia al preparador luso. Acudieron al estadio del Stoke con caretas con la imagen de su entrenador, al que hasta ahora apoyaban de manera incondicional.

La sombra de Mourinho, en cualquier caso, planeó siempre sobre el Britannia. La amenaza de su destitución es cada vez más firme. El Chelsea, campeón en la pasada edición, sumó su séptima derrota de la temporada.

Solo ha sido capaz de ganar uno de sus últimos seis encuentros y está a tres puntos del descenso de la Premier. El título es una utopía para el cuadro londinense. La clasificación para la próxima edición de la Liga de Campeones, una opción lejana.

El equipo londinense, que, sumido en el peor inicio de un campeón defensor en toda la historia, desperdició un gran número de ocasiones en la primera parte, en la que fue claramente superior a su rival.

Con Cesc Fábregas de nuevo relegado al banquillo, el Chelsea demostró su fragilidad cuando se hundió al menor contratiempo. Fue en el minuto 54 cuando, tras una serie de rebotes en el área visitante, el austríaco Marko Arnautovic envió el balón a la red de media tijera.

Rui Faría, que ejerció de entrenador en ausencia de Mourinho, dio entrada a Cesc y a Oscar y retiró a Abdul Rahman Baba y a Pedro Rodríguez, que poco antes pudo haber obtenido el empate con un disparo a la cepa de un poste.

Apretó el Chelsea en el tramo final, pero careció de acierto y fortuna y fue sonrojado otra vez en el Britannia Stadium ante el rival que, previamente, le apeó de la Copa de la Liga inglesa.