El cronista dudó hoy con el título de su comentario. Coño, esa palabra tan común hoy, que ha dejado de ser "palabrota"; aquel término infantil que se le daba en otros tiempos, ya no es un insulto, ni algo malsonante cuando se refiere a la definición de un hecho histórico que nos asombra. Es una expresión aplicable a múltiples situaciones, como hoy leeremos. Sí, nos rodean hechos y sucesos que son, en la expresión del común, "el coño de la Bernarda".

Díganme si no lo es, por ejemplo, el hecho de...

-¡Oiga! ¿El hecho de qué? (El cronista se vuelve al oír a sus espaldas la airada pregunta). ¿Qué se va a inventar, señor?

(Una señora de luto riguroso al frente de otras seis o siete mujeres, vestidas también de negro, es la increpante).

-Perdone usted; pero me iba a referir, por ejemplo, a esa indicación de la OMS, la Organización Mundial de la Salud, de que el consumo de carne roja, chorizos, morcillas, etc., pueden producir cáncer de colon; que si los helicópteros Superpuma se caen al mar y producen muertes; o la concesión de 26 emisoras por parte de Paulino Rivero a su amigo Miguel Concepción; en fin, señora, y permita usted, es "el coño de la Bernarda".

-¡Ah, ya, se refiere usted al dicho ese que, por cierto, a mi no me gusta nada.

-¡Ni a mi tampoco! (Entra en escena un elegante y atildado señor). ¡Hola, Bernarda!

-¡Hola, Federico! (Se abrazan y las señoras enlutadas, aplauden).

-Señor cronista, le presento a la señora Alba, uno de mis personajes favoritos y más aplaudidos de mi obras.

-¡Hombre, claro, ahora lo entiendo, es usted García Lorca y ella,... ella... es Bernarda Alba! ¡Señor, que casualidad!

-Casualidad y oportunamente estoy aquí, porque sepa que la Bernarda a la que usted cita en el título de su crónica no es ésta, como algunos confunden.

-No, no, me refiero yo a eso que se dice cuando algo nos asombra, o algo nos sale mal, también es un tipo de crítica, de censura. Por ejemplo, cuando dos automovilistas se encuentran atrapados durante horas en la caravana interminable de la carretera del Norte, aquí en Tenerife, los conductores, muy cabreados, suelen decir: "esto es el coño de la Bernarda", ¿me entiende usted?

-Sí, sí, le entiendo. ¡Y que el Gobierno central le baja las dotaciones presupuestarias a Canarias y que el CD Tenerife va fatal... sí, sí... el co...

(Una voz gritona y roca le interrumpe el repetido dicho)

-¡Federico, meu filliño, pero tamén era andaluza a Bernarda do conto!

-¡Hola, don Ramón, galleguiño! ¿Pero que hace aquí admirado maestro, ayer mismo me hablaban de usted Machado y Juan Ramón?

-Pues, al congreso de los farsantes ¡ja ja ja! Sí, acompaño a Tirano Banderas que participa en las "Jornadas Esperpénticas" del Ateneo de La Laguna, en donde se representará "Luces de Bohemia".

-Y nosotras, ¿verdad Federico? "La Casa de Bernarda Alba", en el teatro Guimerá, en Santa Cruz.

-¡Y que quede claro, y repito, que esta Bernarda no es aquella que hacía tantos favores, como la Dolores de la copla!

-Sí, pero el dicho se emplea tanto que, por ejemplo, El Mundo Today lo ha declarado Patrimonio de la Humanidad.

-¡El coño de la Bernarda! ¿Ve? Aquí sí que le pega.

-Sí, sí... como pega a esas continuadas violencias de género que en las Islas han sufrido varias mujeres, desgraciadamente, en las últimas semanas. ¿Qué está pasando?

-¡Y la precariedad en los sueldos, y la brecha entre hombres y mujeres en lo salarial, lo de Cataluña,...!

-Pues mire por donde, la expresión de lo de la Bernarda, no deja de ser un desahogo ante un hecho insólito, no previsto, una alegría, etc. Y muchos se lo han agradecido a esa mujer. Escuchen, por ejemplo, los homenajes de Javier Krahe y Joaquín Sabina:

"A su entierro de paisano

asistió Napoleón, Torquemada

el caballo del Cid Campeador

el coño de la Bernarda

y un dentista de León"

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"Bernarda, aunque no aquella del Alba

que encumbrara García Lorca Federico

tu coño va de boca en boca en mansalva".

Mañana cuando esté en el atasco de la carretera... ¡ejem!, ¡ejem!