Hay bastantes detalles que sustancian la notable mejoría que presentó ayer el Tenerife, pero lo que más me llama la atención de este efecto revulsivo es la manera de manejar el partido del nuevo entrenador. Es admirable la forma en la que, desde el banquillo, protegió al equipo desde que Pedro hizo el 1-0 y alejó al rival del área de Dani Hernández. Ahí hay madera. El Tenerife fue creciendo en el partido hasta acabar extasiado con el 2-0 y, en sentido metafórico, durante toda la segunda parte dio la impresión de que el grupo de jugadores tan jóvenes que había en el campo iba de la mano de las decisiones colectivas que llegaban desde la banda. En especial cuando llegó el 1-0. Desde el punto de vista táctico, el equipo cambió poco. Jugó 4-1-4-1 (igual que su rival), e introdujo en el campo a Jorge Sáenz y a Cristo González como titulares. Cristo empezó de "9", pero en la fase ofensiva el equipo incorpora a sus dos laterales al mismo tiempo muy arriba, casi al borde del área rival, y eso permite empujar hacia dentro a Pedro y a Suso y tirar unos metros más atrás a Cristo, que acaba como enganche. En la primera parte Cristo no encontró el pase de gol, pero era algo que tarde o temprano podía aparecer, y sucedió en el minuto 59. Cristo habilitó de un toque, con una precisión milimétrica, a Pedro, que definió ante Pacheco. Todos los riegos que corre el equipo con tanta gente por delante de la pelota están medidos, porque los tres volantes del medio hacen un gran balance defensivo. Vitolo, Aitor -los dos algo más avanzados ahora- y, en especial Alberto, apretaron sobre cada pérdida y equilibraron al equipo. La primera parte fue muy trabada en el medio, muy disputada, jugada en pocos metros y sin ocasiones, salvo el cabezazo de Pedro al poste (15'') tras un servicio desde tres cuartos de Aurtenetxe en el que se durmió la defensa vitoriana y, especialmente, el paradón de Dani en el 44'' ante Carpio, en la única ocasión que el Alavés superó la línea de medio campo por abajo, porque su juego siempre fue tirar pases defensa-ataque a la cabeza de Toquero, que tocó muchas pero no generó nunca segunda jugadas, frente a un medio campo local muy agrupado para evitarlo. Para comprender lo lejos del área que tuvo el Tenerife a su rival basta con el dato de que Dani tocó el balón por primera vez ¡en el minuto 28! Tras el descanso el Tenerife aportó una mejora más a su trabajado primer tiempo: la pausa. Desde que se puso la pelota en juego, prescindió de tirar pases largos y se puso a intentar jugar. Le cuesta, porque en el medio no tiene nadie que divida el juego hacia delante, pero de esa elección salió un cambio de tendencia en el encuentro, tanto que el Alavés dio un paso atrás y el Tenerife empezó a dominar todo: la posesión, las llegadas, las ocasiones y las sensaciones. En eso llegó el comentado 1-0. Bordalás respondió descomponiendo su dibujo: quitó un medio, Kiko Femenía, y sobrecargó su argumento del juego directo con la entrada de Barreiro (1.91 de estatura), para intentar meter al Tenerife atrás. Martí, que ya había cambiado a Pedro por un Omar que se comió la banda hacia delante y hacia atrás, decidió quitar del campo a Suso y poner a Tomás Martínez con la idea de que su equipo no aceptara un ida y vuelta, sino que se mantuviera lejos de su propia área a través de la posesión de la pelota. Lo consiguió, porque salvo en un barullo, los visitantes ni se acercaron. Al contrario, el Tenerife, ya con dos pivotes y con Abel por delante (4-2-3-1) encontró otro pasillo en el desajuste del Alavés y marcó otro bello gol, el de Omar, que definió con gran tranquilidad. No hubo ninguna varita mágica, solo trabajo por arrobas y no poco talento, en el campo y en la banda. Esto es otra cosa.

2-0

tenerife-alavés

CD Tenerife: Dani Hernández; Raúl Cámara, Carlos Ruiz, Jorge Sanz, Aurtenetxe; Alberto, Aitor, Vitolo; Suso, Pedro Martín y Cristo González. En el minuto 61, Omar entró por Pedro Martín; en el 76, Tomás Martínez por Suso, y en el 87, Abel por Cristo González.

Alavés: Pacheco (1); Estrada (1), Laguardia (2), Pelegrín (1), Carpio (1); Femenía (0), Mora (1), Manu García (1); Beobide (0), Juli (1) y Toquero (1). En el minuto 61, Dani Pacheco (0) entró por Beobide; en el 67, Barreiro (0) por Kiko Femenía, y en el 85, Llamas (s.c.) por Juli.

Árbitro: Adrián Cordero Vega (Comité Cántabro). (1). No pitó mal, aunque sacó demasiadas tarjetas y se dejó en el bolsillo la más alevosa, a Manu por un manotazo a Raúl Cámara. Amonestó a los jugadores locales Alberto (33''), Pedro Martín (59''), Raúl Cámara (66''), Aurtenetxe (78''), y Omar (90''), y a los visitantes Laguardia (31''), Mora (37''), Estrada (52''), Juli (56''), Pacheco (68'') y Carpio (72''). Le auxiliaron en las bandas Díaz Casado y Cerezo Parfenof.

Goles: 1-0, m. 58: Pedro Martín define al palo largo tras un sensacional pase de Cristo González; 2-0, m. 90: Aitor mete otro pase al espacio a Omar, que resuelve con mucha frialdad.

Incidencias: Encuentro correspondiente a la décimo segunda jornada de Liga Adelante, disputado en Heliodoro Rodríguez López ante 7.907 espectadores. Tarde agradable y terreno de juego irregular, todavía afectado por el concierto que se celebró en agosto. El Tenerife vistió su indumentaria habitual y el Alavés lo hizo de naranja y blanco.