Los bomberos voluntarios de La Palma, que en la práctica realizan un trabajo de profesionales sin la remuneración que merecen, tendrán un contrato laboral como agentes de extinción de incendios, siempre que el Cabildo de La Palma culmine el proceso iniciado hace ya meses (la pasada legislatura) para regularizar el servicio sacándolo a concurso.

La institución insular destina cada año más de 500.000 euros para el mantenimiento de los bomberos voluntarios, un servicio que, por otro lado, se adjudicó por emergencia hace ya años, a la espera de buscar una solución definitiva, y se ha mantenido en el tiempo pese a los continuos reparos presentados por la Intervención del Cabildo.

La solución que está en estos momentos sobre la mesa, según ha podido saber EL DÍA de diferentes fuentes, es que este recurso pase al Consorcio Insular de Servicios, para que además participen en su financiación los ayuntamientos, y que el mismo salga a concurso para que sea gestionado por una empresa privada, siempre bajo la tutela de la administración pública.

Antes de licitar este recurso, se procedió a la redacción de un inventario sobre las propiedades del servicio, principalmente vehículos y edificaciones, que ni tan siquiera estaban cuantificadas, trabajo que está a punto de finalizar, para conocer qué se les ofrecería a las empresas que optaran a la concesión.

La financiación de las instituciones públicas podría alcanzar, según los primeros cálculos, unos 800.000 euros. Los principales beneficiarios serían la veintena de bomberos voluntarios que trabajan diariamente en este servicio y que ahora son gratificados a través de dietas (siempre de forma legal), y que pasarían a ser asumidos por la empresa adjudicataria, a través de un contrato laboral. Pero además se mantendría la figura de bomberos voluntarios, por medio de un convenio con la asociación actual o con la que se cree en un futuro, hasta completar un equipo de aproximadamente medio centenar de personas.

Los bomberos, que según diferentes fuentes están de acuerdo con la propuesta que estudia al Cabildo, aunque a la espera de que se concreten las remuneraciones, no serían contratados como bomberos profesionales, como en realidad sería lo lógico teniendo en cuenta la labor que realizan, altamente valorada por los ciudadanos, sino como una "nueva" figura que los situaría como agentes contra incendios.