No fue durante mucho tiempo y, por una vez, no tuvo a Román Rodríguez entre los protagonistas, pero el pleno de ayer (en el turno del mediodía) sí dejó un tramo de debate digno de grabación para el archivo audiovisual de la Cámara, exista o no y aunque no vuelva a verse o escucharse. En realidad, fueron dos intercambios con un salto en el medio que dejaron un triángulo isósceles desequilibrado. En el vértice más alejado se situó (o situaron) Australia Navarro (PP) y, en el frente dialéctico y sin mucha tregua o suavidad, un tándem gubernamental que parece cada vez más engrasado y coincidente: Fernando Clavijo y Patricia Hernández, que, de llamarse Isabel, seguro que desataría infinitos y previsibles parangones por aquello de tanto monta, monta tanto.

Todo se precipitó cuando, ante la primera pregunta del PP, a Clavijo le dio por vacilar un poco, ya que esa cuestión la había presentado Asier Antona y, sin embargo, la formuló Navarro ante la ausencia del diputado palmero. Sin mucha originalidad (todo sea dicho), el presidente salió con aquello de lo elegante que se había vuelto Antona transfigurado en Australia (no el país, claro) y algunas risas sí desató, aunque casi más las suyas propias, pues la pregunta no era precisamente una broma. Iba a degüello con el aumento del gasto del gobierno, con 600.000 euros más en retribuciones, una subida de 81 a 93 altos cargos respecto a Rivero y de unos 12 a 15 millones en gastos gubernamentales, entre otras "lindezas" en la visión del PP, que aprovechó para recordar que el incremento en Educación y Sanidad para 2016 es solo del 1%.

Un diputado popular (no visible desde prensa) emuló las películas de Tarzán, tribus africanas o indios aporreando su mesa con una mano en señal de respaldo efusivo a la intervención de Navarro, lo que se vio sorprendentemente complementado desde el público por una alumna de Comunicación de la universidad privada de La Orotava, que, al menos ayer, dejaba claro su voto el próximo 20D.

En su segundo turno, Clavijo fue contundente y, aparte de resaltar la subida del gasto social en el presupuesto, afirmó que, si existe un gobierno "pernicioso" para el ciudadano, ha sido el de Rajoy "por su política irresponsable y por cómo ha tratado a los que menos tienen, a los que ha machacado". Además, censuró que el ministro de Hacienda le cercene a las Islas 70 millones por el techo de gasto. Por supuesto, diputados de CC replicaron el sonido tamboril y acompañaron con palmas. La cosa se ponía sonoramente interesante, aunque la presidenta de la Cámara ya re-prendía por segunda vez.

Navarro no tenía réplica y, aunque está claro que disentía, tuvo que esperar a una nueva pregunta de su grupo para, si bien hablar de entrada de otra cosa, recibir el mismo argumentario, aunque muchísimo más aplastante, en retahíla y con una Patricia Hernández embalada, que hizo que los suyos amplificaran la percusión y las palmas hasta límites poco escuchados en esta novena legislatura.

En este caso, la disputa la originó un punto del pacto electoral entre el PSOE y NC que habla de impulsar la aprobación de un nuevo Estatuto de Autonomía por parte del Parlamento regional. En realidad, el PP aplaudía ese apartado de la nueva coalición pensada, en principio, para la cita con las urnas porque cree que el Estatuto que se envió a Madrid y que el Gobierno de Rajoy rechazó no tiene recorrido por no nacer desde el consenso en las Islas. No obstante, su duda era si el Grupo Socialista estaba en sintonía con lo firmado por el secretario del PSC, lo que volvió a despertar el tambor de guerra pepero. Eso sí, uno solo: solitario, vaya.

Patricia dribló la pregunta en sí, pero recordó que si "no hay nuevo Estatuto es por la desidia del PP en Cortes, aparte de que ni participó en las ponencias". A su juicio, ese nuevo texto resulta imprescindible para "poner en hora" a las Islas, aunque su hilo argumental comenzó a hacerse denso. Entendiendo que el PP solo buscaba con esto "una polémica donde no la hay", dejó claro que no iba a hacerle el juego de comenzar ya la campaña electoral, cita en la que, eso sí, está segura de que a los conservadores les va a ir mal por lo que han hecho, "como le fue mal a usted (Navarro) en las regionales".

A partir de ahí, y no se sabe si envalentonada por el creciente respaldo que fue obteniendo en forma de palmas y más tambores de mano abierta, pareció emular a Los Bambones con sus célebres retahílas desde los años 90. En un "in crescendo" casi digno de una versión "acanariada" y política del Bolero de Maurice Ravel, y con unos remates finales que casi ni se entendieron cual Mariano Ozores, repasó todos los recortes del PP mientras subía cada vez más su tono, la velocidad al hablar, los regañamientos en la cara y la contundencia, en definitiva, de su réplica: sanidad, educación, becas, 800 millones menos en financiación para Canarias, "maltrato" en dependencia, política social... Todo. Navarro tampoco tuvo réplica y disentiría más, pero seguro que prefirió el piropo inicial de Clavijo.

El Rincón siempre desata a la Tavío más ecologista

Tras ese triángulo isósceles tan tenso, la sesión fue decayendo a medida que apretaba el hambre. Eso sí, Tavío (PP) volvió a demostrar que los vínculos y el conocimiento de causa tiran y reveló, de nuevo, su vena más ecologista (lo crean o no) al defender que, de una vez (y van 23 años de la ley y 18 del Plan Especial) se desarrolle el Consorcio de El Rincón. En su honor, hay que decir que siempre se ha preocupado por estos 2 millones de metros agrícolas y protegidos por la primera ley de iniciativa popular aprobada en España y que ha servido de referente (35.000 firmas), aunque no mucho para lo más importante: desarrollarla. Porque tiene familia en La Orotava y sabe bastante de esto, recordó que no se han colocado redes de regadío, ni hecho el parque recreativo, ni se permite asfaltar pistas (la circunvalación ya parece quimérica, aunque hay movimientos ahora) ni arreglado los accesos a las playas. Llegó a decir que CC abandona la Villa, lo que originó risas en la consejera de Política Territorial, que seguro recordó la nueva y aplastante mayoría absoluta.