Su imagen es fácilmente reconocible y su presencia provoca, casi espontáneamente, una sonrisa. José Mariano Yuste García de los Ríos, más conocido como Josema Yuste (Madrid, 1953), fundador del grupo cómico Martes y Trece (1978-1997) vuelve a la Isla con la obra "Taxi. Por dos mujeres... ¡siempre a la carrera!" que se representará en dos funciones, este viernes y el sábado, a las 20:30, en el teatro Guimerá de la capital tinerfeña.

"Por fin. Es la primera vez que abarco un proyecto en su totalidad, desde la producción, la dirección y hasta la adaptación de la obra. Después de once años en el mundo del teatro sentía que había llegado mi momento, que me encontraba preparado para asumir un desafío personal y profesional para bien, para mal... o para regular". (Ríe)

Nuestro protagonista, taxista de profesión, está casado con dos mujeres y viviendo con cada una en un barrio diferente. Esa situación lo obliga a llevar una planificación de horarios muy estricta y hacer verdaderos juegos de malabares para poder contentarlas a ambas. Todo su plan se desmorona cuando por accidente acaba en el hospital y su nombre aparece por partida doble en la comisaría de cada distrito.

Desde el estreno, el pasado mes de marzo en Málaga, ¿cómo percibe la respuesta del público?

Como padre de la criatura la percibo sensacional. No engaño a nadie y sostengo abiertamente que lo que hago es teatro de evasión, de diversión, para hacer reír... Y no por eso creo que esté exento de enjundia. No quiero llenarle la cabeza de pájaros a la gente, ni provocarles más problemas de los que ya tienen. Mi idea de teatro se basa en el buen gusto, en el humor. Esto es una comedia de enredo, sin más.

¿Considera que la situación que describe esta comedia encaja en la sociedad actual?

Hay multitud de casos en la sociedad de gente con una doble vida y que la mantiene durante tiempo, incluso muchos años. Un abuelo mío, que ya falleció, tuvo una amante toda su vida; con esa señora crió una hija, además de otros nueve con su mujer. Esta historia es atemporal y describe a un hombre atrapado entre el amor de dos mujeres que, por circunstancias, se ve viviendo en dos barrios diferentes y haciendo dos vidas distintas. Las quiere mucho a las dos, pero sufre porque reconoce que no está siendo leal.

¿Qué ha supuesto la adaptación de la obra original de Ray Cooney?

He contado con la colaboración de un guionista y además amigo, Alberto Papa-Fragomén, para la adaptación del original y estoy muy contento con el resultado. Si me equivoco, me equivoco yo. Ciertamente representa un reto, porque descoser el original escrito por Ray Cooney y volver a coserlo con nuevos gags y golpes diferentes supone algo así como comprar una casa vieja y reformarla completamente. Un trabajo intenso, de ocho meses, con momentos duros, pero muy divertido.

Y Josema Yuste, ¿qué protagonismo asume?

Con honestidad no quiero mostrar ni demostrar nada a nadie, sino que el espectador disfrute de las situaciones y de los personajes. No busco protagonismo personal, ni montar una obra donde un grupo de actores gire alrededor de mi figura. Cuando monté la versión me encargué de que cada personaje tuviera su momento, su gag, su cuota de escena.

¿Qué elementos propios ha incorporado al libreto?

Por ejemplo, la figura de un comisario de policía que es un auténtico cromo, impoluto, de traje y corbata, gemelos y luciendo la bandera nacional, y siempre anhelando la época de Franco. Y está el otro, algo así como un Colombo manchego, un tipo muy intuitivo y aparentemente torpe.

¿Y su papel?

Mi personaje es el de un taxista, que ciertamente vive feliz pero sufriendo, y que cuenta con un vecino, un cómplice, que interpreta Alfredo Cernuda, al que considero mi Sancho Panza, un papel que en su día estrenó Pedro Reyes, tristemente fallecido.

¿Qué recuerdos guarda de él?

Fueron solo tres semanas las que convivimos representando la obra, pero de Pedro Reyes guardo la imagen de una persona bella, feliz, de alguna manera hasta algo ingenua, pero sobre todo un hombre bueno.

La comedia es un género que da mucho juego, ¿no?

La comedia siempre es un truco. En este caso, este hombre lo tiene muy bien montado. Vive en dos pisos diferentes, trabaja por turnos y a una de las mujeres le dice que cumple jornada nocturna y a la otra, de día. Lo bueno de esta comedia es que está enamoradísimo de las dos. Él tiene a su mujer ideal en la conjunción de ambas. Hay cosas en ellas que son complementarias, de manera que la combinación de las dos concluye en la mujer perfecta.

Ha trabajado en televisión, en cine, en teatro... ¿Acaso este género es el más auténtico?

El teatro es el medio más sincero y verdadero. No hay trampa ni cartón ni red. He vivido la caída de un foco en escena, situaciones como la de quedarme mudo, sin letra, pero aún así debes continuar. El teatro es magia y verdad.

¿Y se permite la licencia de la improvisación?

Forma parte de mi personalidad. Siempre me dejo un par de momentos en los que improviso, de una manera casi instintiva. No lo puedo remediar.

¿Hasta cuándo cree que va a seguir rodando este "Taxi"?

Esta obra llegará hasta donde sea posible, a pesar del 21% de IVA. No sé hacer otra cosa. Mi pasión la he convertido en ocio.