Está convencida de que la crisis solo ha servido para reforzar los errores de un sistema global, que ella da a elegir entre capitalista, neocapitalista o neoliberal, que ha permitido que los poderosos se hicieran más fuertes. "Lamentablemente hoy en día no existe una amplitud de miras y todo está basado en la cultura de la imposición, es decir, que nos quedamos con la sensación de que únicamente hay una vía... Todo el que se margina de ese camino es un loco o un ser utópico. Quizás esa palabra ya no nos sirva: la persona que se salga de esa vía es un ser ajeno al sistema", contó ayer en la capital tinerfeña la periodista y escritora madrileña Nativel Preciado (1948).

Finalista del Premio Planeta en 1999 ("El egoísta") y ganadora del Premio Fernando Lara de Novela en 2014 ("Canta solo para mí"), la única invitada del ciclo El Mundo que Queremos, organizado por CajaCanarias, tiene un pasado en el mundo deportivo ligado al boxeo. "Decidí ser periodista porque me gustaba escribir y, sobre todo, por mi gran capacidad para curiosear", argumenta una profesional de la comunicación que en la actualidad colabora con "Los Desayunos de TVE", "El debate de la 1", "Al rojo vivo" (La Sexta) y "La Sexta Noche". "Siempre he sido muy dispersa, pero me gustaba conocer cosas nuevas... Eso es lo que he hecho a lo largo de toda mi vida periodística en detrimento de lo que también me hubiera gustado, que era profundizar mucho más en las cosas que he conocido. Me he diversificado mucho con el propósito de ir conociendo mundos. Así fue como llegué al boxeo. Esas biografías las hice cuando empecé a trabajar en la redacción del diario Madrid (Cassius Clay y José Legrá). Un día un redactor-jefe de la sección de Deportes me dijo. ¿A ver, qué deporte te gusta menos? Yo le contesté, con mucha contundencia y el fervor de la juventud, que no soportaba el boxeo, pero acabé cerca del ring... Para mi sorpresa, en el boxeo hallé un mundo apasionante y muy literario".

Nativel Preciado, que afirma vivir en la actualidad el mundo de la comunicación desde una décima o undécima línea, tiene bastante claro que "un buen periodista es capaz de encontrar una brizna de oro en la montaña de estiércol que tiene delante... Hay muchísimos profesionales del periodismo que se juegan la vida todos los días. No solamente contando lo que ocurre en una zona en guerra, sino realizando información local. No es fácil contar lo que está haciendo mal una persona con la que te vas a encontrar a diario", exalta una profesional que tiene claro que "lo menos maravilloso que descubrí en esta profesión es la política, pero en la que me he tenido que quedar más tiempo por unos motivos generacionales. A mí me tocó vivir un momento muy politizado y por eso he tenido que seguir tirando de ese hilo. Eso es lo que me han pedido muchas veces", relata.

Sobre el momento que vive la profesión, la comunicadora madrileña cuenta que "a los periodistas nunca nos han querido, pero el momento actual es bastante crítico... Tengo guardado un texto de Proust que venía a decir algo así como que somos unos carroñeros que vivíamos entre la basura con el objetivo de dar una exclusiva diaria. Esa visión, que luego empeoró Billy Wilder, no ha cambiado en exceso. Nos siguen viendo como una plaga. Frente a eso yo exalto el periodismo de investigación y serio que es capaz de denunciar los desmanes de un sistema que hace aguas por todos lados, no solo por el sector relacionado con los medios de comunicación", afirma una profesional del periodismo que dice no distinguir mucha diferencia entre esta crisis y las anteriores. "Todas las épocas de cambio son similares en cuanto a los temores y al deterioro democrático".