Fueron seleccionados entre los treinta y cinco proyectos que se presentaron a la convocatoria promovida por la galería Artizar de La Laguna por la originalidad y el interés de sus trabajos. Todos ellos practican diversas técnicas, estilos y lenguajes que reflejan la riqueza creativa imperante en las islas entre los artistas emergentes que empiezan a cincelar sus discursos con propuestas plásticas novedosas y frescas.

"Now 15" aglutina veintitrés piezas, entre pinturas, esculturas, fotografías y grabados, que permanecerán expuestas al público hasta el próximo 5 de diciembre.

Frasco Printo, comisario de la exposición, destacó que la intención de esta iniciativa dirigida a jóvenes menores de 35 años residentes en las Islas y que cumple su segunda edición es "estar pendientes de los nuevos artistas. En cuanto seleccionamos a los autores nos dimos cuenta de que las obras funcionan bien unas con otras. Tiene algo casi de exposición de tesis, de revisión de la historia del arte y de los grandes maestros clásicos. Al final ha quedado muy coherente, cuando normalmente este tipo de exposiciones suelen ser más eclécticas".

La joven fotógrafa tinerfeña Sara Garsía (1995) presenta siete imágenes, en blanco y negro y pequeño formato, que atraen la atención del espectador por la fuerza y el contraste del objeto captado con su cámara, una cadena dorada en diferentes posiciones que resalta sobre un fondo negro que puede sugerir diferentes realidades. Al parecer, esta serie se basa en un vídeo que dio a conocer en el proyecto "Interferencias", que se desarrolló en el Espacio Cultural El Tanque de Santa Cruz.

El herreño Marco Alom (1986) participa con cuatro dibujos hechos a tinta (pilot) llenos de originalidad, repletos de detalles figurativos que reflejan un mundo fantástico muy peculiar. La apariencia de su obra, con cierto aire barroco, puede recordar técnicamente a las plumillas de los dibujantes clásicos de la Ilustración.

La escultora tinerfeña Romina Rivero (1982) interviene en "Now 15" con tres esculturas, en las que ha utilizado materiales como madera, plumas, cobre y sílice. Una de las piezas es una mesa suspendida en el aire sobre la que hay depositadas varias cajas con diversos objetos simbólicos. Las otras dos, tituladas "Panambí" y "Be human", una mariposa de cobre sujeta a un palo del mismo material, y tres plumas de faisán metidas en una urna en cuyo centro hay una montañita de arena de sílice, que hace referencia al paso del tiempo y de la vida.

Por su parte, el tinerfeño Alejandro Correa (1984), autodidacta que acaba de empezar Bellas Artes, reúne cinco pinturas sobre lienzo sin título que se nutren de la pintura clásica. El discurso que encierran estos acrílicos sobre lienzo reflejan el espacio del individuo en soledad inmerso en un paisaje romántico muy sugerente, sumido en una neblina y delimitado con mucha sutileza y gusto estético.

El grancanario Daniel de la Guardia (1992) contribuye en la colectiva con cuatro piezas, un óleo sobre lienzo, una escultura y dos planchas grabadas, en las que disecciona obras de grandes maestros del arte universal. La escultura en bronce evoca el cadáver del célebre cuadro de Rembrandt "La clase de anatomía" y en una de las planchas matrices, un círculo de bronce, ha dibujado, a la punta seca, un jarrón extraído de un bodegón de Zurbarán.