El Gobierno de Canarias estima que la cifra de hogares sin ingresos se sitúa entre los 48.000 y los 50.000, un cálculo ligeramente inferior al que se desprende de la Encuesta de Población Activa del Instituto Nacional de Estadística (INE), pero que da muestra de los efectos devastadores que la crisis económica ha tenido en los hogares de las Islas. El porcentaje representa alrededor del 6,5% del total de España.

Estos datos fueron expuestos por la Consejería de Empleo, Vivienda y Políticas Sociales en una respuesta por escrito remitida al diputado Román Rodríguez y publicada en el boletín del Parlamento. Durante los últimos meses esta cifra ha suscitado algunos enfrentamientos entre los grupos parlamentarios, que no estaban de acuerdo con los números que se estaban utilizando. En dicho documento se especifica que, según los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA), el número de hogares sin perceptores de ingresos asciende a 53.230 en el Archipiélago, de los 757.200 que hay en el conjunto del Estado. "Sin embargo, al tratarse de una encuesta y dado el reducido tamaño muestral para Canarias, aumentando los márgenes de error al analizar determinados segmentos de la misma, se considera que las cifras deben tomarse con cautela, por lo que es razonable considerar que la cifra de hogares sin ingresos se encuentra más próxima a los 48.000 o 50.000", apunta la Consejería.

Los datos del INE analizados por el Ejecutivo corresponden al segundo trimestre de este año. Si se comparan con los referentes al mismo período el año pasado se aprecia un ligero descenso. De los 57.910 calculados entonces se ha pasado a 53.230, lo que supone una reducción de 4.680. Sin embargo, si se toman los datos de hace unos años, en concreto los de 2013, se evidencia el efecto devastador que la crisis ha tenido sobre los ingresos que perciben las unidades familiares. Entonces el número medio de familias que se encontraban en esta situación era de 43.786, lo que quiere decir que hoy hay 9.444 más.

Los expertos consideran que estas familias están sobreviviendo gracias, esencialmente, a las ONG y el apoyo familiar.