Desde su "papel" de actor y dramaturgo un buen día hizo mutis por el foro y acaso entonces descubrió su lugar entre bambalinas.

Pablo Messiez, argentino afincado en Madrid desde 2010 y que ha firmado trabajos como "Los ojos" o "Muda", oficia de director del Centro Dramático Nacional, compañía que hoy, a las 21:00, escenifica en el teatro Leal la obra de Alberto Conejero "La piedra oscura", que interpretan Daniel Grao y Nacho Sánchez.

La pieza llega precedida por las mejores críticas, cargada de los aplausos que ha ido recogiendo por los escenarios desde el pasado mes de enero, cuando inició su reposición, y "vestida" con el galardón del Premio Ceres 2015 al mejor autor dramático.

La narración, donde el autor mezcla ficción y realidad, está inspirada en la vida de Rafael Rodríguez Rapún, estudiante de Ingeniería, secretario del mítico grupo teatral La Barraca y compañero de Federico García Lorca en los últimos años de vida.

"Cuando leí el texto de Alberto Conejero sentí de inmediato unas ganas enormes de dirigir la obra", porque entendía que "aquello debía ser contado y representado", explica con pasión Pablo Messiez, "y tuve la fortuna de hacerlo realidad".

Desde entonces se embarcó "en ese viaje que significa elegir a los actores precisos, montar el texto, implicar al equipo", en la idea de conseguir un acercamiento lo más honesto posible a la esencia del original.

La palabra es prioritaria, "la concibo como un modo para trascender", subraya el director, de un recurso que dice encierra un "poder radical, revolucionario".

La historia se conoce "a base de repetirla, de expresarla" y en el teatro sucede de "manera similar. Es volver a repetir las cosas que importan", y también ese elemento aparece reflejado en la obra.

Una habitación de un hospital militar cerca de Santander; dos hombres que no se conocen y que están obligados a compartir las horas terribles de una cuenta atrás que quizá termine con la muerte de uno de ellos al amanecer.

En definitiva se trata "de un ejercicio de conciliación y diálogo entre contrarios", destaca Pablo Messiez, a quien le resulta "inadmisible que en un país como España, aún no se haya rehabilitado la memoria de quienes quedaron olvidados en las cunetas" y cómo, a lo largo del tiempo, la sociedad "ha convivido con este hábito hasta normalizarlo", un silencio cómplice que describe como un ambiente donde "el aire está lleno de nuestros gritos y la costumbre ensordece"

El nivel de exigencia de los actores resulta máximo, reconoce el director argentino, con la "encarnación de unos discursos de pulso poético, de tensión dramática y cargados de contenido".

Además, la representación de esta noche en el teatro Leal no va a poder contar con unos muros que ocupan normalmente la escena, de manera que la función va a resultar "ciertamente especial", explica Messiez. La ausencia de este elemento deberá suplirse con "el juego de luces y, sobre todo, con la capacidad de actuación que desarrollan los dos actores", señala.

Más allá de la calidad artística de la obra, se evidencia el acto de "nombrar para fomentar el recuerdo y para que así sea imborrable". De ahí que en todo momento, se concede a "la palabra el protagonismo que en la obra tiene", manteniendo la riqueza discursiva del texto.

"La piedra oscura" mantiene siempre como referencia la figura de Federico García Lorca, "un elemento central", destaca el director, quien ha percibido en los diferentes públicos "una respuesta emocionada, porque esta obra toca el interior de las personas y llega directamente ".

La memoria llega a la escena.

Pablo Messiez

actor y director

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