Muy buenas: Este artículo no es para militares ni expertos en defensa ni entendidos en temas estratégicos. La teórica de hoy es para paisanos, mujeres y niños. También para antimilitaristas, pacifistas y, por supuesto, para los políticos occidentales. Gracias.

Empiezo recordándoles que la mal llamada "Primavera Árabe" y la creciente migración que huye del Oriente cercano son el actual y principal problema mundial. Y cuando al final salga el concepto "democracia" habremos de remontarnos -así por encima- a la derrocación del Sha de Persia, a las guerras del Golfo, a las "misiones humanitarias" de Afganistán y concluir con la también derrocación de Muamar el Gadafi para -según nos dijeron- la "liberación" de Libia, sin olvidar, ahí al lado, la peligrosa franja del Sahel africano. Espero que el lector entienda los entrecomillados.

Dicho esto, les resumo este trabajo a los siguientes puntos expuestos de forma muy sencilla y escueta.

1º. Para conquistar una posición, además del estudio pormenorizado de los elementos, terreno, enemigo, medios etc., etc., hace falta, antes que nada, un potente fuego aéreo y de la Artillería para desgastar al enemigo.

2º. Un terreno no está conquistado físicamente hasta que el guión (banderín) de la compañía de Infantería no ondee en la posición enemiga. En el caso internacional que nos ocupa, a los infantes y zapadores de Ingenieros que han intervenido en la operación hay que añadir luego todo un elenco técnico/civil/militar/humanitario para una compleja operación logística en busca de la posterior convivencia con los aborígenes, ya amigos.

3º. Pero en este nuevo estilo de guerras, sin frentes definidos y sin guardar las más mínimas normas internacionales para conflictos bélicos, el conquistador/salvador se encuentra mezclado con los que pidieron ayuda y con los que siguen con el régimen anterior. Un enemigo mimetizado, invisible y de una terrible eficacia porque una simple pareja, célula durmiente o lobo solitario, con una simple mochila de terror causa estragos entre los convivientes. Atentados, golpes de mano, emboscadas, asesinatos y secuestros que al minuto abren los telediarios y al día siguiente están en las portadas de todos los periódicos del mundo. No digamos ya si el atentado terrorista lo logran hacer en un país democrático como ya ha ocurrido anteriormente. Misión cumplida: la propaganda islamista/radical se ha conseguido, mientras que la opinión pública occidental se des-moraliza y se enfada.

Tan importante es la opinión pública que, para no causar rechazo, el militar desde el primer momento tiene que establecer los procedimientos y los métodos a emplear en el combate para cumplir las misiones atendiendo a una serie de parámetros, desde el tipo de armamento a las formas. Y todo ello en constante evolución. ¡Dificilísimo!

Pero mayor problema lo producen los dos puntos siguientes, que son el motivo de este artículo.

4º. Suponiendo que se haya establecido el orden en la zona, viene la eterna discusión: ¿con o sin armas? Creo que después de los puntos expuestos está claro que las armas son indispensables ante un enemigo tan obstinado, obcecado y fanático.

Y 5º. Restablecida "presuntamente" la paz y ya en proceso de convivencia, surge la otra pregunta: ¿en qué momento hay que dejar las armas y la supervisión para dejarlos convivir? Más complicado aún, máxime si creemos que obligándoles a ir a las urnas para unas elecciones abiertas, todo está arreglado. Tremenda equivocación, porque está claro y demostrado que la democracia no es exportable.

Quiero decir, que habrá que ir por otros caminos ante esos pueblos y etnias que, por poner un solo ejemplo, sus fiestas familiares las preside una cabeza humana atravesada en la punta de una lanza. Habrá que enseñarles antes otras cosas y convencerles, poco a poco, de que lo que hacen "está muy feo".

O sea, que si nos empeñamos en que la solución está en las urnas nos harán caso, sí; pero irán a votar con la papeleta en una mano y... la bomba en la otra.

* Occidental