Decir El Tablero es remitir a un barrio que se siente pueblo y cuyos vecinos se consideran "abandonados" por el Ayuntamiento de Santa Cruz. Esta mentalidad traduce cierto desarraigo atávico, producto de la pertenencia hasta 1972, como el resto del Suroeste, al municipio con el que limita: El Rosario. EL DÍA lo visitó junto al presidente del colectivo vecinal, Roberto Albdullah, ejemplo de referente luchador que anuncia su marcha para la próxima semana porque "he perdido la ilusión".

"La agricultura ha sido siempre aquí una segunda actividad, pero la crisis y el paro la han convertido casi en la primera". Así explica Abdullah "la vuelta al campo" de los últimos años.

"Pedimos un proyecto global para el sector primario que generaría riqueza y empleo", apunta Roberto, para añadir: "Hace falta regadío y crear una cooperativa agrícola. Resulta necesaria la inversión directa, pero sobre todo voluntad política. Aquí nos hemos sentido siempre muy abandonados".

"La apuesta no debe ser la industrial", argumenta, "con la Zona Logística como símbolo y polígonos en el marco de un Plan General especulativo que siempre hemos rechazado. Hay que apostar por lo rural. No sería tan complicado volver a ser la despensa de Santa Cruz". Abdullah apoya "la iniciativa de Sí se Puede, que nació aquí, de crear una estructura específica con una oficina debería tener su sede en el Suroeste". Y hay tradición: "Buena parte de los puestos de La Recova, sobre todo de la calle El Huno y el Patio de la Carne, tienen su origen en la zona porque todo lo que es verde de hoja y hierba se da; también hay vecinos con negocios en Mercatenerife. Incluso se llegó a exportar semillas de cebolla fuera de la Isla".

Tres son hoy las grandes reivindicaciones, aparte de "las carencias seculares en servicios básicos, alcantarillado, asfaltados de calles aún de tierra (con la oposición de un vecino que todos conocemos) o la limpieza", asegura Abdullah. Por un lado, la mejora de la cripta situada en el interior del local vecinal. Por otro, la mencionada oposición al PGO y figuras como la unidad de actuación. Por último, recuperar la guagua directa a Santa Cruz porque ahora la 944 se queda en Taco. Abdullah aporta datos: "La 135 movía 36.000 usuarios anuales y la 136, millón y medio, nada menos. Ambas fueron suprimidas".

Habría que añadir un cuarto objetivo: "Abrir el polideportivo porque no hay canchas y está cerrado por las tardes al ser del colegio".

El ya pronto expresidente señala: "Creo que hemos cambiado la filosofía de la asociación con una apertura al uso de todos, no solo de directiva o socios. De ahí ser el único colectivo, según creo, que no firmamos la nueva normativa sobre cesión de locales públicos porque coarta la participación ciudadana". Otra idea: "Hemos querido ser dinamizadores de los vecinos a través de los proyectos que surgen de ellos".

Abdullah se muestra "orgulloso" de un proyecto ya consolido, el Festival Rural de creación de Las Eras de El Tablero, que ha cumplido este año la sexta edición y se celebra cada septiembre.

Abdullah termina en tono de despedida: "Lo que he hecho, lo he hecho por lo que me enseñaron. Especialmente mi abuelo materno, Benigno, mi padre, José y mi tío Tomás". Que sea solo un hasta luego y no un adiós definitivo por el bien del pueblo y su gente.

Nombre y situación

Su nombre se debería a la toponimia por el término "tablero" como una extensa superficie rocosa plana, aunque también había árboles y tableros hechos con su madera. Otra teoría. Limita al Norte con Llano del Moro, al este con La Gallega, al Sur con Machado (El Rosario) y al Oeste con la parte rosariera de Llano del Moro. El barranco de Jagua divide ambos municipios.

Población

Unos 2.900 vecinos con una vuelta al pueblo los últimos años. Los patronos son San José y Nuestra Señora de El Rosario. Las fiestas se celebran a mediados de octubre en un núcleo con 2,45 kilómetros cuadrados. El centro es Cuatro Caminos, alrededor de la iglesia y la plaza. Una parte de la población llegó de La Esperanza para trabajar en el campo.

Reseña histórica

Surgió como caserío de El Rosario y desde la autoconstrucción en la década de los 50 de siglo pasado. Hasta su cesión, junto a otros territorios del Suroeste, a la capital tinerfeña. Allí se encuentran cuatro yacimientos guanches en forma de cuevas naturales, de habitación y funerarias, y estaciones rupestres. Están protegidos como BIC desde 1999. La tipología dominante es la de casas terreras, pero también hay urbanizaciones en bloques de viviendas.

Asociaciones y servicios

En El Tablero funcionan como recursos en red la asociación de vecinos, el centro cultural, el de la tercera edad, el Festival Las Eras, el colegio, la iglesia, el club de fútbol, el colectivo solidario Domitila o Aldeas Infantiles. Al servicio de las gentes de este pueblo del Suroeste.

Abdullah

Roberto José Abdullah tiene 40 años y ha vivido siempre en El Tablero. Su abuelo fue un jordano que un día llegó al sur de la isla y se estableció. José, su padre, trabajó como chófer de las guaguas y su madre, María, de ama de casa. Ellos le enseñaron a querer a su pueblo y sembraron la semilla de un carácter luchador que ha demostrado en el cargo y como miembro del tagoror el pasado mandato por Sí se Puede. En junio de 2008, con un amplio apoyo, accedió a la presidencia de la asociación de vecinos. Casado con Ana Ruth y con un niño, José Manuel -"son lo que más quiero", apunta-. Ahora tendrá más tiempo para dedicar a la familia.

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