Desde el 1 de enero próximo, Canarias no está obligada a compensar al Estado con 160 millones de euros anuales y, además, recibirá para inversión los 33,7 millones que sí abonará a Madrid para liquidar una deuda de 270 millones. Conclusión, que el Archipiélago percibirá 193 millones de euros de las compensaciones derivadas de la supresión del Impuesto General sobre el Tráfico de Empresas (IGTE). Este dinero será empleado en aquello que el gobierno de la Comunidad Autónoma decida, y las necesidades de las Islas son muchas y las prioridades, también. Dice el presidente regional, Fernando Clavijo, que su voluntad es la de "seguir transitando por el camino del diálogo y del consenso", bases con las que espera disponer del apoyo de los cabildos. El acuerdo llega cuando expira la legislatura y viene a completar una medida que comenzó cuando el Ejecutivo central decidió, en 2009 (entonces lo presidía el socialista José Luis Rodríguez Zapatero), condonar el 50% del IGTE. Disputas políticas aparte -PP y PSOE se atrevieron a reprocharse un uso partidista y electoral de esta medida-, los canarios estamos de enhorabuena porque es una inyección económica notable llamada a resolver o paliar problemas esenciales de una sociedad a la que la recuperación económica tarda en llegar. Esta suma a los resultados de la gestión ha de favorecer, sí o sí, a los ciudadanos. Ahí le toca ahora al presidente, a su grupo y a sus socios hilar muy fino.

Unos 50.000 hogares canarios sin ingresos así lo requieren. Las cifras son frías, pero su elocuencia refleja la influencia devastadora que la crisis económica ha tenido y tiene en nuestra sociedad. La clase política tiene mucha tarea pendiente ante situaciones como esta, pero parece claro que esta Navidad será diferente porque así lo determina la convocatoria electoral nacional para el 20 de diciembre. Un ejemplo claro es la complacencia que muestra el Gobierno regional porque los números son inferiores que los de hace un año, o el empeño en dejar claro que para nada son 53.230 las familias del Archipiélago que carecen de ingresos, como asegura el la Encuesta de Población Activa (EPA) del Instituto Nacional de Estadística (INE). Lo importante y relevante es que estas personas sobreviven merced al esfuerzo de ONGs, o sea, de la voluntariedad de los demás. Las administraciones, otra vez, se ponen en evidencia.

El alumbrado de Navidad se ha convertido en un símbolo más para medir el estado de la economía y su encendido, en un momento para cargar el ánimo de la ciudadanía. En Santa Cruz de Tenerife, el encendido lo protagonizó el pasado viernes el entrenador del CD Tenerife, José Luis Martí. Cierto que tiene su rol, pero su elección, ¿a qué se debe? Esta Isla cuenta con tinerfeños muy representativos de su vida económica, social, educativa, científica, cultural y hasta deportiva, por lo que no deja de sorprender su presencia estelar en un acto que, aunque sencillo, tiene un cariz tan propio y hasta, si se quiere, hogareño como es encender la luz de la ciudad.