El Tenerife-Córdoba tiene ingredientes de sobra para convertirse en uno de esos partidos que apetece ver y disfrutar, pero que debe suponer un espaldarazo para el "efecto Martí", ese que ha llevado a los blanquiazules a mirar hacia el horizonte de otra manera. Las dos victorias logradas ante el Alavés y el Albacete deben consolidarse oponiendo resistencia a todo un candidato al retorno a Primera, dirigido encima por el entrenador del último ascenso local: José Luis Oltra.

La cita no pilla al conjunto tinerfeño en un estado óptimo, puesto que pierde a dos hombres importantes: Carlos Ruiz y Alberto Jiménez. Por el primero entrará el discutido Germán. Por el segundo hay dos candidatos: Ricardo y Abel. Por experiencia y porque hay que salir de dudas antes de la apertura del mercado invernal parece que el primero parte con ventaja. El indulto a Aitor Sanz evita males mayores en la medular.

Mientras, los vaivenes de la delantera se solucionarán con un "aquí no pasa nada". Pedro Martín, Suso Santana y Cristo González repetirán como tridente. El canterano superó a tiempo sus molestias para llevar a cabo dos entrenamientos con el grupo y defender su puesto en el once. Solo "Choco" Lozano podría amenazarlo, pero bastante ha hecho el hondureño colándose en la lista de 19. No jugó con su selección el martes, solo ha realizado una sesión con el grupo y 90 minutos parecen una empresa demasiado cuesta arriba para él.

El otro lado de la moneda se vive en Córdoba, donde Oltra recupera efectivos. Vuelven los internacionales Razak y Florin, además del sancionado Markovic. Los dos primeros recuperarán su lugar como titulares, pero el balcánico peleará con Víctor Pérez, que realizó una buena actuación el pasado fin de semana y oposita a formar pareja con Luso en el doble pivote.

Después del último entrenamiento, se confirmó la baja de Pedro Ríos. Y la recuperación de Rafa Gálvez, el jugador número 12 para el técnico blanquiverde. Con una dinámica opuesta a la del Tenerife (dos partidos sin ganar), los andaluces no pueden permitirse el lujo de visitar la Isla sin conseguir un rédito importante que confirme su presencia en ascenso directo.