El presidente de Afinsa, Juan Antonio Cano Cánovas, ha negado este lunes, en la tercera jornada de su declaración ante la Audiencia Nacional que se ha prolongado durante tres horas y media, que la actividad de inversión en filatelia que la empresa ofrecía estuviera pensada como una estafa piramidal y ha recordado que no recibieron ninguna denuncia por incumplimiento de contrato en ningún momento hasta su intervención en 2006.

En respuesta a una de las acusaciones particulares, el expresidente ha recordado que los tribunales han reconocido que existía un "tránsito mercantil" en sus operaciones y que Afinsa no realizaba una actividad financiera, es decir, que "no se administraban recursos de terceros" por lo que "ni remotamente se puede hablar de negocio piramidal" en sus operaciones.

Así, ha insistido, como ya hizo en las jornadas anteriores, en que la sociedad se dedicaba a comprar sellos que luego vendía a sus clientes, abonándoles mediante talones bancarios y durante el tiempo de duración del contrato unos anticipos --que no intereses, ha subrayado-- con cargo a "recursos propios de la compañía" y en ningún caso utilizando el dinero de las inversiones de otros clientes. "No se casaba dinero de uno con dinero de otros. No se usaba dinero pendiente de aplicación", ha remachado.

Esas cantidades se "descontaban" después del importe de la venta de las filatelias, las compraran terceros o se las quedara directamente Afinsa. "Flota en el ambiente el prejuicio de que Afinsa era una entidad financiera y eso es radicalmente falso", ha apuntado, apelando a las sentencias del Tribunal Supremo y de la propia Audiencia Nacional en las que se reconoce que su actividad era mercantil y no financiera. Es más, Cano Cuevas ha recordado que cuando Afinsa fue intervenida en la primavera de 2006 la compañía no había recibido ni una sola demanda por incumplimiento de "ningún pacto con los clientes" ni tan siquiera "ante una asociación de consumidores".

FIJACIÓN DE LAS PLUSVALÍAS

El asunto de cómo se decidía la plusvalía a abonar a los clientes ha ocupado gran parte de la declaración, en la que Cano Cuevas ha insistido en que se utilizaban "diversos criterios", entre ellos el tiempo de duración de la inversión, con porcentajes mayores en función de los años. Sin embargo, qué sellos concretos se adjudicaban a cada cliente no era un factor en este cálculo, a pesar de que ha admitido que la rentabilidad depende de la naturaleza del bien en el que se invierte. En este sentido, el expresidente ha reconocido que cuando entró en Afinsa no sabía nada "en absoluto" sobre filatelia.

El abono de anticipos a los clientes requería de un análisis de los riesgos que podía suponer que un lote no se revalorizara tanto como estaba previsto, contingencia para la que Afinsa contaba con provisiones. De hecho, el presidente de la sociedad ha llegado a asegurar que las ratios de provisiones de liquidez eran superiores a las establecidas por Basilea para las entidades financieras aunque no estuvieran obligados a ello.

No estaba prevista, sin embargo, la eventualidad de una venta masiva por parte de todos los clientes al vencimiento de plazo, a pesar de que el 100% de los contratos de este tipo acababan en venta porque se hacían directamente con ese objetivo y no para adquirir sellos destinados al coleccionismo, tal y como ha reconocido directamente. Sin embargo, el presidente considera que "recolocando los sellos con sentido común, no vendiendo por impulso de manera precipitada y sin una gestión eficiente" el mercado "podría haber asumido perfectamente" el stock de Afinsa.

En cualquier caso, Cano Cuevas ha insistido en que Afinsa siempre se hizo cargo "íntegramente" de las pérdidas causadas por la desvalorización de algunas colecciones o por las filatelias manipuladas o falsas que se detectaron en 2003. Y también ha defendido que todos los clientes contaban con toda la información necesaria sobre las inversiones y que no se negociaban condiciones diferentes, sino que las cláusulas contractuales eran siempre las mismas.

NO FUE ESO LO QUE LLEVÓ A LA INTERVENCIÓN

Así, ha negado que fuera cualquiera de esas circunstancias la causa de la intervención, que ha vuelto a achacar a la denuncia de la Agencia Tributaria "calificando la actividad de Afinsa de captación de ahorros masiva y simulación de contratos". "Para poder esclarecer si era así o no el juez determinó el sobreseimiento de ingresos y pagos. Desde luego no se nos intervino por el cambio de la filatelia (falsificada que se había detectado)", ha reiterado. Es más, ha asegurado de forma tajante que a principios de 2006, apenas cinco meses antes de la intervención, la Dirección "no tenía ninguna alarma" ni ningún motivo "en absoluto" para temer una insolvencia, como demuestra el que "el día de la intervención los recursos a corto plazo de la compañía" eran cercanos a los 180 millones de euros.

Si la declaración del concurso no fue culpa de la sociedad, a juicio de Cano Cuevas, tampoco la falta de acuerdo y el aumento del perjuicio causado a los clientes puede achacársele a la directiva, que estuvo "muy comprometida" en encontrar una solución diferente a la liquidación de la empresa y colaboró "completa y desinteresadamente, a tope", con los acreedores en esta línea.

"(Los culpables) han sido la dirección de algunas asociaciones de afectados, que no han estado a la altura de las circunstancias porque no han colaborado. Yo por supuesto he colaborado, he trabajado mucho en este tema. Lamentablemente, quizás por el prejuicio que existía sobre esta actividad, ha sido imposible", ha reprochado, recordando que los afectados rechazaron su propuesta de convenio y luego no fueron capaces de acordar una propia, a pesar de que cerrar el concurso antes habría "dejado a los clientes en una situación diferente".

PAGOS EN METÁLICO

Por otra parte, preguntado sobre si en la sociedad se pagaban sobresueldos en ''b'', el expresidente se ha remitido al proceso concursal y a la información de los peritos judiciales, en los que se constata "sin lugar a dudas" que en Afinsa "no había dinero en ''b''", ni en los ingresos ni en los pagos.

Lo que sí ha reconocido es que algunos trabajadores recibieron pagos en metálico por caja por retribuciones extraordinarias, bonus o comisiones por ventas, por ejemplo. Pero ha defendido que esas cuantías siempre aparecían perfectamente reflejadas en la contabilidad y que eran los propios preceptores los que "decidían si lo incorporaban en su renta o no" a efectos fiscales.

"Pero como la empresa no tenía dinero en ''b'' no podía pagar en ''b''", ha insistido, admitiendo que estos pagos se realizaban por orden únicamente suya o del fundador, Albertino de Figuereido.

Finalmente, ha admitido que no se "represalió" a los responsables de comprar filatelias falsificadas y manipuladas, que fueron detectadas en 2003, porque Afinsa "nunca tuvo ese estilo" pero sí se cesó al responsable de Valores de su puesto, aunque tampoco se le despidió. "Los errores, si no son malintencionados se sancionan, perola empresa no respresaliaba a sus trabajadores", ha zanjado.

La declaración de Cano Cuevas, para el que se piden hasta 19 años de prisión, continuará este martes con el interrogatorio de su defensa, después de tres jornadas de juicio oral y casi diez horas de interrogatorio.