Hace unos días presentó en San Cristóbal de La Laguna las canciones que han dado forma a "El mundo y los amantes inocentes", un trabajo cuyas ventas le acaban de proporcionar un disco de oro. "Uno siempre se queda con ganas de volver a los lugares donde se siente querido y le dejan desarrollar su música", contó el andaluz Pablo López tras actuar en el Paraninfo de la Universidad de La Laguna. "En las Islas siempre hallé un aliado para defender mis canciones", destacó el autor de los 10 títulos que conforman el esqueleto de su propuesta discográfica más reciente.

Señalado por la crítica como uno de los intérpretes más sólidos del actual panorama musical español, López no duda en decir que "en este trabajo hemos sido más atrevidos y tiene unos niveles de crudeza que no estaban en los trabajos anteriores... Le hemos metido más músculo a las composiciones", precisa en referencia a un proceso creativo que él observa con tranquilidad. "Mi única obsesión era mostrar un trabajo que no tuviera fisuras, es decir, que todo lo que está en el disco es lo que yo quería que estuviese; que no sintiera que había una letra que no debía estar en la selección final", recalca un artista que no oculta que "cuando acabé de grabar este disco me sentí acojonado; quería estar a la altura de las exigencias del primer álbum... Todo ese miedo, o autoexigencia, resultó muy positivo. No quiero ser ventajista ahora que conozco la reacción de las personas que vienen a mis conciertos, pero la fórmula funciona y es bien recibida en La Laguna, Málaga, Barcelona o Madrid", enumeró un cantante que sabe lo que es venir a Tenerife cuando aún era un desconocido. "Si me recibieron bien cuando todo estaba por hacer, ahora me siento agradecido por esa confianza", exaltó sin precisar cuándo tendrá lugar su próxima escala canaria. "Siempre existe un motivo para cantar en una tierra en la que has encontrado esta conexión".

El pianista andaluz es el primer sorprendido de la profundidad que está alcanzando su carrera. "Hasta hace poco me preguntaba hasta dónde iba a llegar. Sobre todo, porque ahora sí que soy consciente de que formo parte de un mundo que es muy efímero y volátil... No hay una fórmula exacta que garantice que algo sea duradero. Eso en una sociedad en la que hay mucha gente haciendo cosas realmente interesantes es una complicación añadida para todas las profesiones, no solo para los que nos dedicamos a la música", dice López en una de sus intervenciones.

Hace un mes y medio, que es el tiempo que lleva girando por todo el territorio nacional "El mundo y los amantes inocentes", Pablo López se dio cuenta de que existe. "Ya han pasado casi dos años desde que se publicó Once historias y un piano (2013), pero la sensación de que me he creado un hueco es mucho más reciente. Hemos pasado, y hablo en plural porque esto es fruto de un trabajo en equipo, de esperar cosas de la gente a sentir que alguien nos espera en un lugar. Esa es una sensación, por ejemplo, que percibo con mucha claridad cada vez que vuelvo a Tenerife", explica antes de hablar de uno de los puntos de inflexión en su trayectoria. "Cuando se agotó el protagonismo que me dio Operación Triunfo (2008) vinieron unos años de oscuridad absoluta. Yo no voy a renunciar a esa experiencia, pero sería muy injusto establecer un nexo entre lo que pasó en ese concurso de talentos y lo que me ha pasado después... Todo esto es la recompensa a muchos años de trabajo en silencio", certifica el joven criado en Fuengirola (Málaga).