No entro a valorar (doctores tiene la Iglesia) lo que parece una evidente conculcación del artículo 2 de la vigente ley de incompatibilidades de Canarias. Pero ya van tres: Faustino Alegría, exalcalde de El Tanque; Haroldo Martín, exalcalde de La Victoria, y Carmelo García, candidato coalicionero en Arona. Todos ellos, después de no lograr hacerse con el poder en sus municipios en las pasadas elecciones locales, han sido recolocados ahora en instituciones controladas por Coalición Canaria, como cargos públicos de libre designación, con dedicación exclusiva.

Faustino Alegría es desde hace unos días asistente en el Gabinete del presidente. Aunque sus funciones están aún por definir, su sueldo, no: cobrará algo más de 23.000 eurillos al año, lo que no está mal para alguien que se dedica a asistir al Gabinete, sin que se sepa cuál va a ser exactamente su trabajo. El de Haroldo Martín sí se conoce: ha sido nombrado jefe del Gabinete de la Presidencia del Gobierno de Canarias, con un salario de 44.000 euros, que seguirá cobrando -es de suponer- hasta que recupere la Alcaldía de La Victoria. Entre las funciones de Haroldo están la de llevar la agenda del Presidente y coordinar a la casi veintena de asesores que dependen de él, un pequeño ejército que no para de crecer, probablemente porque hay que colocar a muchos que no aguantan el frío que hace fuera. De momento, Haroldo hace su trabajo desde La Victoria, sin desplazarse a vivir a Las Palmas o diariamente a la sede de Presidencia del Gobierno en Santa Cruz de Tenerife.

Menos mal que hay otras instancias para echar una mano y que no todo quede colgado de Clavijo: por ejemplo, a Carmelo García, lugarteniente del conseguidor Berto González en Arona, no ha sido necesario buscarle plaza al lado del presidente, y ha sido finalmente recolocado en el Cabildo tinerfeño, en un puesto de libre designación de un servicio de participación ciudadana, que tiene una extensión en el centro cultural de Los Cristianos. De esa manera, el hombre -que trabajaba en ese mismo centro como bedel cuando fue fichado por Berto- podrá seguir dedicándose en sus ratos libres a hacer política en Arona, pero ahora pagado por todos los tinerfeños.

Entiendo que los partidos tienden a compensar los servicios prestados, y que para eso se inventaron -por desgracia- los puestos de libre designación que abundan en las instituciones públicas. Pero en esta ocasión se está hablando de otra cosa bien distinta: Coalición Canaria se presentó en las pasadas elecciones con un contundente mensaje de renovación y de superación del pasado. No es de recibo que con recursos públicos se salve ahora a todo el que se quedó fuera del poder municipal, después de participar en unas elecciones, y menos aún si resulta que los tres "salvados" están judicialmente imputados por distintos delitos: Alegría por prevaricación urbanística, Haroldo Martín por contratación ilegal y Carmelo García en el "caso Arona".

El mensaje de los nacionalistas en estas últimas elecciones fue precisamente que Coalición renunciaba a un pasado de apaños y trapisondas para encarar las cosas de una forma distinta. No casa mucho esa promesa con volver a las andadas...