Aunque las noticias externas nos hablen de amenazas y barbarie, tenemos la obligación de seguir viviendo el día a día, y por tanto me ceñiré a la capital de esta provincia occidental, en donde suena, aún a modo de ensayo, la letra de un canto que, como el de las sirenas con el astuto Ulises, pretende atraer al visitante, tanto por vía marítima como aérea. Por ello, me consta que el Consistorio baraja un programa de captación de visitantes, para que, en vez de orientar sus pasos hacia otros lugares, lo hagan en el meollo de la ciudad. Pero para ello hay que plantear el establecimiento de muchas opciones comerciales, culturales o recreativas, que tendrían que comenzar por un acuerdo puntual con los comerciantes, para que, al menos, un cincuenta por ciento abra sus establecimientos en fines de semana, coincidiendo con el horario de visita de los grandes cruceros o con el contingente de excursionistas en guagua que parten de las zonas turísticas del norte o del sur. Incluso he leído que existe un proyecto para facilitar el aparcamiento de los cientos de coches de alquiler que acuden a diario a Santa Cruz, en calidad de visitantes; porque a nadie se le escapa la dificultad que supone conseguirlo con cierta comodidad, y que no sea excesivamente oneroso. De ahí que exista una opción para conjugar el aparcamiento en el Intercambiador con el traslado posterior a las zonas céntricas, por medio de los transportes públicos que parten de la estación contigua.

Otra alternativa, para los que vienen buscando darse un baño reconfortante antes de callejear y hacer compras, está la opción cercana del Parque Marítimo, junto al Palmétum, y la más lejana de Las Teresitas, siempre que exista una buena conexión viaria de transporte público y los chiringuitos mejoren su oferta gastronómica y aspecto, así como los servicios higiénicos. En cuanto al factor cultural, tenemos la visita a nuestros museos (Bellas Artes, de la Naturaleza, Almeyda, etc.) y la asistencia a actos musicales para todos los gustos. La oferta teatral también habría que potenciarse, apoyando a las compañías locales y fomentando jornadas de acercamiento a la población, que no todo tiene que ser la cita anual del Carnaval y sus actos.

Podría llenar el folio de ideas para ejecutar, pero todas ellas pasan por la necesidad apremiante de la conclusión de la Estación Marítima y la conexión puerto-ciudad; también de más frecuencia de los transportes públicos que faciliten la conexión de extremo a extremo del área capitalina, y aún de barrios pintorescos situados en la frondosidad de la cordillera de Anaga, en donde se debe promover y potenciar el senderismo. Tampoco vendría mal que se realice el inicio del proyecto de la playa de Valleseco, para concluirlo a medio plazo, y la adecuación de las escasas calas aún existentes, sobrevivientes de las obras de expansión urbana y portuaria.

Me consta, porque he sido testigo de los proyectos del alcalde José Manuel Bermúdez, a los que añado los del edil de Economía y Turismo, Alfonso Cabello, que existe un afán entusiasta por aunar esfuerzos y conseguir todas estas metas, para que Santa Cruz mejore y pueda fidelizar al foráneo hasta un porcentaje del 40% -ahora ya lo somos al 28%-. Y para materializarlo será necesario el apoyo insular, regional, estatal y el europeo del FEDER. A los hechos, que no promesas, nos ceñiremos.

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