La víspera de Reyes de este año, el exdirector de la Televisión Canaria Guillermo García encargó la realización de tres series por valor de 812.500 euros. Uno de estos programas fue dirigido y presentado por el periodista Andrés Chaves, quien conseguiría a cambio un sustancioso contrato por valor de 15.600 euros. Esa fecha sorprendente para la firma de contratos, la del día previo a la festividad de Reyes, que se repite en los suscritos con Francisco Padrón, dio lugar a que la gente de la Televisión Canaria que conocía esos acuerdos se refiriera a ellos jocosamente como "los regalos de reyes de Willy a sus amigos".

Pero esta no es la única fecha afortunada para el actual accionista mayoritario del rotativo Diario de Avisos, en el que también escribe el periodista Chaves. El 20 de marzo de 2015 se firmaron a la vez otros dos contratos por la emisión de varios capítulos de "Abriendo Puertas" y "Parranda Canaria", que suponían un gasto de 487.000 euros. Las constantes en estos encargos son que siempre se trata de adaptaciones de series que han tenido éxito previamente en el ámbito nacional o en otras regiones. Curiosamente, alguno de los encargos se realizan con pocos meses de diferencia y por lo tanto antes de que se emitieran los programas que se contrataron primero, es decir, antes de conocer los datos de audiencia, que -en todos los casos- fueron bastante bajos.

Por ejemplo, en cuanto a "Parranda Canaria", un programa con grandes costes de producción, su última temporada no llegó siquiera al 5% del "share", con apenas 31.000 espectadores totales. El programa presentado por Andrés Chaves, "Venus a la vista", hundió sus cifras hasta el 2,6% de "share", con solo 13.000 espectadores de media, lo que en la cadena se consideró un auténtico fracaso para un programa con un coste de 400 euros por minuto de emisión. Las redifusiones fueron aún peor, alcanzando la última solo dos mil espectadores de media.

El día cinco de enero, Fernández firma otro sustancioso contrato con la Televisión Canaria, por la edición de trece capítulos de la serie titulada "Venus a la vista". Una serie de entrevistas que el periodista, Andrés Chaves iba a realizar a relevantes mujeres de las Islas, como las cantantes Olga Cerpa o Rosana Arbelo, la periodista Cristina García Ramos, la diputada nacional Ana Oramas, la directora y actriz de cine Antonia San Juan o la modelo Ariadne Artiles, entre otras. El contrato se materializó por un total de 257.400 euros repartidos entre trece programas cuyo coste unitario ascendía a 19.800 euros, 400 euros por minuto de emisión. Chaves cobraría en concepto de director y presentador 15.600 euros. A pesar de ser presentado como un programa de factura original, Fernández optó por adaptar a las Islas un formato que ya había sido probado con cierto éxito en varias cadenas nacionales. Siguiendo una técnica tradicional en la preparación de programas de entrevistas "enlatadas" las grabaciones se encadenaron, realizando varias por jornada, para abaratar aún más los costes.

No fue el único caso de ahorro sobre lo inicialmente presupuestado. En el mes de febrero de 2014, Fernández y García habían ya suscrito un sustancioso acuerdo por un total de 360.000 euros, a razón de 20.000 euros por cada uno de los dieciocho programas realizados bajo el titulo de "Parranda canaria", por el que el presentador Alexis Hernández habría de cobrar 9.000 euros, los diez componentes de la parranda 21.600 y el director 10.500, según consta en los contratos firmados. El 5 de enero de este año, a pesar del escaso éxito de la producción, realizada para competir con el programa "Tenderete" de Televisión Española en Canarias, se acordó grabar otras trece nuevas ediciones por un total de 260.000 euros. Dos meses más tarde se contrataron otros trece nuevos capítulos, por un precio total de 260.000 euros y, por lo tanto, a razón, nuevamente, de 20.000 euros por programa. En ninguno de los casos se consideró una reducción del precio a abonar por la televisión, a pesar de que la segunda y la tercera serie ya incorporaban los pagos por la idea, desarrollo de la misma para televisión y producción de decorados. Guillermo García optó por pagar la misma cantidad por programa, una práctica que no se produce en ninguna de las subcontrataciones de programas que utilizan la misma idea y decorados.

También en marzo de 2014, ambas partes habían acordado el pago de 253.500 euros -19.500 euros cada uno- por los trece programas de "Canarios en el Mundo 2.0", que se emitirían en horario de máxima audiencia. En el contrato se incluyó una sorprendente cláusula, que aparece en el resto de los acuerdos, en la que se advierte de que aunque se incluían todos los gastos que generara la producción, estos tampoco se limitaban a la cantidad acordada. Fernández vendió que a diferencia de la primera edición en la que se empleaba una localización por programa, ahora se emitirían hasta siete en diversos países de todo el mundo. La fórmula de la serie no es nueva, ya que se basa en un formato idéntico al que por aquellas fechas emitían televisiones autonómicas y nacionales. Pese a ello, Fernández en el contrato hizo constar su supuesta originalidad. En el proyecto se contemplaba que el director cobraría 19.500 euros, 8.450 se dirigirían a las labores de redacción y la presentadora, Telva Mendaño, recibiría 10.400 euros. En total, los gastos sumarían 90.800 euros con lo cual las ganancias se calcularon en 162.700 euros, algo más de 12.500 euros por capítulo. Pero la cosa no acabó ahí, también, apenas dos meses más tarde, Fernández y García acuerdan grabar doce capítulos más, con las mismas condiciones y costes, repitiéndose así la fórmula de Parranda canaria".

Igualmente, y también el 5 de enero de 2015, Guillermo García firmó un acuerdo con Lucas Fernández para la contratación de trece capítulos de "Abriendo Puertas", un programa cuyo contenido consistía en dar a conocer el interior de los principales monumentos de las Islas de la mano del presentador Carlos Castilla y la colaboración de periodistas, historiadores o arquitectos. La serie se contrató por un total de 295.100 euros, lo que suponía 22.700 por programa. Dos meses más tarde, la televisión canaria, dirigida ya en funciones por García, acordó con Report Line la contratación de diez nuevas ediciones de esta misma serie con un presupuesto total de 227.000 euros, idéntico coste que en la ocasión anterior.

Ninguno de los contratos suscritos por Guillermo García con Lucas Fernández fueron sometidos a la aprobación del consejo de administración de la Televisión Canaria, aunque sí eran conocidos por el entonces presidente del Gobierno, Paulino Rivero, y por su consejero de Economía y Hacienda, Javier González Ortiz.

Los dineros de la tele y la compra del Diario de Avisos

La precipitación en la firma de los acuerdos entre García y Fernández forzó que esta se produjera pocos días antes de que García -ya en funciones e investigado por los contratos a Francisco Padrón- abandonase la dirección de la Televisión Canaria. Una consejera del actual Consejo Rector del ente público llegó a comentar en una reunión con dirigentes del partido que la propuso, que en el Consejo actual se ha dicho que la contratación de estos programas, que dejaron sin recursos al Consejo para gestionar el resto del año cualquier producción, se precipitó para que Fernández pudiera embarcarse en la operación de compra del Diario de Avisos, operación al parecer tutelada por el antiguo jefe de Fernández, el exalcalde Miguel Zerolo, y por otras personas vinculadas de distinta forma -como Zerolo y el propio Fernández, que resultó investigado por sus relaciones con Zerolo- al denominado caso Las Teresitas, cuyo juicio oral se iniciará en los primeros meses del próximo año. Antes de cerrar con Elías Bacallado la compra del Diario de Avisos, Fernández se hizo acompañar por Zerolo en visitas realizadas a empresarios vinculados al Diario de Avisos, como Antonio Plasencia, también vinculado al caso Las Teresitas, que aceptó retrasar el cobro de la deuda histórica que el Diario de Avisos mantiene con él, a cambio de ofrecer una salida honrosa a la familia propietaria. Como resultas de ese acuerdo, el hijo del antiguo propietario, Elías Bacallado, sigue aún hoy día cobrando un sueldo del periódico. Zerolo y Fernández también se entrevistaron con los principales dirigentes políticos de Canarias, a los que Fernández informó de que había logrado sanear su Plató del Atlántico, gracias a una operación con un gestor estadounidense de fondos, y que con el dinero obtenido había decidido comprar Diario de Avisos, un periódico con serias dificultades financieras. Curiosamente, la empresa propietaria de Diario de Avisos formaba inicialmente parte de Videoreport Canarias, la sociedad adjudicataria de la gestión de los informativos en la Televisión Autonómica, pero la parte de Videoreport fue también vendida a un inversor externo poco antes de la incorporación de Fernández como socio mayoritario. Si no se hubiera producido esa venta, la compra del Diario de Avisos por parte de una de las empresas más favorecidas por la contratación de producción televisiva en el último año de gestión de Guillermo García, habría provocado lo que se define en términos fiscales como una "operación de financiación circular".