Las corporaciones van fatalmente asociadas al estado corporativo, y por ende fascista, por lo que es un término de adherencias peligrosas. Sin embargo, las corporaciones, si bien representan a la sociedad tradicional más que a la moderna, desde otro punto de vista son las que estructuran lo que se da en llamar la sociedad civil, que no es la suma de individuos, que, con su soledad y aislamiento, autores como Hannah Arendt señalaron como base del nazismo.

Según se desprende de la alta participación habida en el Colegio de nuestra capital, vida no le falta. Aunque tengo vínculos personales con candidatos de las dos principales candidaturas, y el acierto ejemplar de listas abiertas, me permitía como a todos confeccionar mi propia lista, no voté. O sí, por lo que decidieran mis compañeros. No creo que vaya a ver mucha diferencia de programas y afortunadamente ya no se admiten estultas rotulaciones ideológicas. Parece ser que la idea de sociedad abierta y compleja también se ha adueñado de la profesión. Las lealtades pueden ser ya concurrentes y no exclusivas. Tengo mucho aprecio y buena relación con el decano electo (la tuve con el anterior), "Pitu" García, Leopoldo Escobar como con Paula García y Natalia Domínguez.

Pero a quien admiro de forma más particular es al gerente Víctor Marrero, con el que tuve el placer de dirigir la revista colegial IUS una temporada. Sin que nadie se sienta lesionado en su honor, pienso que el verdadero alma máter del colegio es el gerente, además de Paqui. Es el jefe de máquinas y el que hace que el colegio funcione en el día a día. La gestión creo que es impecable y los problemas que pueden acuciar a los colegiados, como turno de oficio, relaciones con la administración, justicia incluida, la sociedad y proyección en ella se sustraen todos a la gerencia de la corporación, es decir, que son función exclusiva del decano y su junta de gobierno.

Víctor Marrero dio muestras cuando arrancó su designación de estar signado por el don de la eficacia, y ungido por otras virtudes estratégicas, como la extraordinaria capacidad de iniciativa e improvisación, rezumando plena fiabilidad de que en lo que se comprometía iba a salir. Su figura de galán y trato personal allanaban cualquier contacto: siempre resultaba creíble.

Pienso que el gran activo que la nueva junta heredará de la anterior es precisamente la gestión, que supuso la modernización definitiva del Colegio con otra manera de concebir las funciones y delimitarlas.