Por estudiar una carrera técnica siempre he tenido especial predilección por las matemáticas -de broma, suelo decirle a mis amigos que todavía sé hallar la raíz cuadrada-. Cuando escribo en Criterios algo relacionado con el cálculo matemático, lo primero que hago es proveerme de papel y lápiz y realizar las operaciones pertinentes que luego trasladaré al ordenador. A veces los resultados no me cuadran, como ha sido en esta ocasión, aunque lo he intentado.

Tras este pequeño preámbulo quiero referirme a un "El recorte" que publicó el periódico -para mí, como para tantos otros tinerfeños, el periódico es EL DÍA- hace unas semanas. En la situación que estamos atravesando uno tiene tan pocas oportunidades de reírse que no resisto la ocasión de comentarlo; a ver si mis lectores también se ríen como yo. Se dice en el mencionado "recorte" que el partido político Izquierda Unida ha propuesto, supongo que en su programa electoral ante las elecciones del próximo 20-D, que ningún ciudadano gane en España más de 6.500 euros mensuales. Así de sencillo, aunque no aclara qué hará con la "demasía" el empresario que se atreva, merced a su diligencia y buen hacer, a ganar más. Supongo que tendrá que dejarlo en la empresa y apuntarlo en la cuenta de Reservas Voluntarias; o también repartirlo entre sus empleados.

No sé a quién de la gestora de IU se le ocurrió la "genial" idea que comento, pero seguro que no se trata de alguien perteneciente al grupo de los "barones" -no solo el PP y el PSOE tienen "barones"-, pues si no recuerdo mal entre estos se encuentran ciudadanos de todo tipo, entre los cuales abundan los poseedores de grandes fortunas. Por supuesto -no haría falta decirlo pero lo hago- ganadas en la mayoría de los casos con un esfuerzo verdaderamente encomiable -Churchill habría dicho con "sangre, sudor y lágrimas"- que nunca contempló la posibilidad de no sobrepasar ese límite de los 6.500 euros mensuales. Para comprobar lo que afirmo bastaría consultar las hemerotecas y constatar los grandes ingresos de cantantes, escritores, actores y artistas de todo tipo y pelaje que se declaran izquierdistas de toda la vida. Para ellos sigue siendo una meta el bienestar de la clase obrera, pero ello no impide, por suerte para el erario, que trabajen dieciocho horas al día intentando sacar adelante la labor que realizan en una empresa o en la creación de "algo", llevándose a su casa en el primer caso los problemas que conlleva un trabajo de ese tipo, como son el pago de los jornales y a los proveedores, el control de existencias, el mantenimiento de las instalaciones, etc. Quizá, si el empresario es diligente y lo que elabora tiene éxito en el mercado, es posible que no tenga necesidad de trabajar tantas horas y podría disponer de algunas más para el ocio y la holganza...

Quiero decir con todo lo anterior que no confío mucho en el éxito de la propuesta que IU ha hecho a sus simpatizantes. En esta España nuestra nadie dispara un chícharo si no obtiene beneficios, sea de la clase que sean. La frase "trabajar por amor al arte", con todas las connotaciones negativas que tiene, está genéticamente muy asentada en nosotros. Somos, no obstante, muy generosos y solidarios con las desgracias de los demás, pero de eso a regalar el beneficio de nuestro trabajo, ni hablar. A un empresario, a un artista, no se le pueden poner trabas para que desarrolle su labor. Luego, con el beneficio que le genere, que haga con él lo que quiera porque es suyo.