A quien madruga Dios le ayuda. Pero sobre todo le ayuda el tiempo. El presidente del Gobierno de Canarias, Fernando Clavijo, está haciendo algunas cosas insólitas para el cargo. No me refiero a su austera manera de viajar en "low cost", a que pase los molestos controles de seguridad como cualquier hijo de vecino, a que no utilice salvo en casos excepcionales la sala de autoridades, a que elija hoteles especialemente baratos... Todo eso, si se quiere, pueden ser solo gestos para unos tiempos donde la gente valora la sencillez.

Lo que me llama la atención es que siga pensando que está en campaña electoral. en el mejor sentido de la palabra. O dicho de otra manera, que la Presidencia del Gobierno tiene que seguir haciendo política, explicando ideas, proponiendo actuaciones y entrando en la harina incluso de la polémica y del debate político.

Esta semana Clavijo ha explicado en Gran Canaria y Tenerife las grandes líneas del plan de inversiones extraordinario que quiere aplicar en las islas con los fondos del ITE. Aunque algunos no se hayan enterado -porque la sordera es muy puñetera-, el dinero que ha logrado rascar Canarias de Madrid no pertenece al bloque de ingresos del REF. O lo que es lo mismo, no está en el bolsillo de los cabildos y de los ayuntamientos. Así que va a ser el ejecutivo regional el que decida en qué, cómo y dónde se lo va a gastar.

Es obvio que casi todo el mundo está interesado en salir en esa foto. Por eso se han reunido los cuatro alcaldes de las dos grandes áreas metropolitanas, para plantear actuaciones bajo el paraguas de financiar proyectos en las dos zonas más densamente pobladas de la Comunidad. Y por eso se han reunido los Cabildos, que, excepto el de Gran Canaria, siguen luchando para que exista una discriminación positiva -como se dice ahora- en favor de las islas no capitalinas, que tienen menos recursos.

Por lo que parece, el Gobierno está dispuesto a escuchar y a analizar proyectos, pero siempre que estén dentro de las líneas estratégicas de su proyecto de inversiones, que son crear empleo y desarrollo sostenible. O lo que es lo mismo, que está dispuesto a aceptar propuestas de letra pero no a cambiar la música del plan.

Es insólito y sorprendente que sea el presidente el que se haya encargado de dar la cara y explicar la filosofía de la acción del Gobierno, lo que pretende hacer y lo que quiere lograr. Con puño de acero en guante de seda, Clavijo le ha salido respondón a quienes pensaban -como Antonio Morales- que era otro presidente, uno más, encerrado en el laberinto insularista. No digo que esto le vaya a salir bien, ni todo lo contrario. Constato simplemente que es toda una novedad. Un tipo que se ha salido del búnker presidencial para seguir en el cuerpo a cuerpo como si siguiera siendo un aspirante.