La teórica superioridad que garantiza que el rival juegue con un futbolista menos no siempre se plasma en el resultado. De hecho, hay ocasiones en las que se vuelve en contra del teórico beneficiado. Al Tenerife estuvo a punto de sucederle el pasado domingo ante el Girona. Jugó 35 minutos con uno más y fue incapaz de mejorar el 1-1. Otros, como el Valladolid o el Albacete, lograron convertir una derrota en empate y un empate en victoria, respectivamente. Y lo hicieron jugando en inferioridad. La tendencia no es casualidad.

En el caso de los blanquiazules, han jugado 13 veces con un hombre menos desde su retorno a Segunda en la campaña 13-14. Nunca fue capaz de mejorar el resultado. En ocho de ellas ya perdía. En los cinco restantes, solo empeoró su botín en dos ocasiones. Empataba y acabó perdiendo. En el lado inverso, disfrutó también 13 veces de la superioridad numérica. En cuatro de ellas ya ganaba y así quedó. En las otras nueve, mejoró en cuatro el resultado rescatando seis puntos. Pero hasta cinco veces le sucedió lo que ante el Girona: el electrónico se quedó como estaba antes de la tarjeta roja. En poco más de dos años, el Tenerife protagonizó algunos días oscuros con superioridad numérica. Ante el Hércules (13-14) disfrutó de 52 minutos sin gol. En la 14-15, tuvo 48 para romper el 0-0 contra el Alcorcón.