La apertura de un juicio político con fines de destitución a la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, permitirá al Gobierno trabajar sin sufrir amenazas ni chantajes y demostrar que no hay nada que justifique las acusaciones, afirmó hoy el ministro de la Presidencia, Jacques Wagner.

"No podíamos seguir trabajando todo el tiempo con amenazas y chantajes sobre la base de que iban a dar inicio al juicio político (a la presidenta)", afirmó Wagner en una rueda de prensa en el Palacio presidencial de Planalto.

El ministro convocó a la prensa para pronunciarse sobre la decisión del presidente de la Cámara Baja, Eduardo Cunha, de autorizar el inicio del juicio político y para responder a las declaraciones en las que el mismo jefe de la Cámara de Diputados acusó a Rousseff de "mentir a la Nación".

Wagner dijo que el presidente de la Cámara de Diputados había amenazado públicamente con autorizar la apertura del juicio en caso de que se actuara contra sus intereses, y finalmente lo hizo.

"Ahora acaba todo tipo de chantaje. Él amenazaba con que, si no lo apoyaban, autorizaría el juicio. Todo el mundo sabe eso", recalcó.

Cunha autorizó el trámite del juicio a la jefe del Estado precisamente el día en que el Partido de los Trabajadores (PT), la formación de Rousseff, informó de que apoyará la apertura de un proceso en el Consejo de Ética de la Cámara Baja que puede despojarle de su cargo al frente de los diputados.

Además de varias acusaciones en el marco del caso de corrupción de la petrolera pública Petrobras y de un proceso en el Consejo de Ética, recientemente la Fiscalía abrió una investigación sobre Cunha por unas cuentas bancarias nunca declaradas descubiertas en el extranjero y que al parecer recibieron depósitos de recursos desviados de la petrolera.

Wagner aseguró que la estrategia del Gobierno ahora será demostrar tanto ante la Corte Suprema como ante el Congreso que no existen razones para que la presidenta sea sometida a un juicio y que los argumentos esgrimidos para procesarla no se sustentan.

La petición de juicio aceptada por Cunha asegura que Rousseff incurrió en "delitos de responsabilidad" al avalar una serie de maniobras para maquillar las cuentas fiscales de este año.

Según Wagner, el no cumplimiento de la meta fiscal no puede ser caracterizado como un crimen de responsabilidad.

"Hoy tenemos a varios gobernadores regionales que no consiguen pagar sus cuentas y nadie dice que eso es motivo de abrirles juicios políticos", afirmó el ministro.

En su opinión, la oposición aún no se conforma con la derrota que sufrió en las elecciones presidenciales de 2014, pasó todo 2015 buscando un motivo para justificar un juicio contra la mandataria y finalmente optó por una "artificialidad".

"Como se dice en el lenguaje futbolístico, perdieron en la cancha y siguieron insistiendo para intentar ganar después del partido", afirmó.

Sobre la acusación del jefe de los Diputados de que Rousseff le "mintió a la Nación" cuando negó que hubiese intentado negociar un posible apoyo a Cunha en su proceso en el Consejo de Ética a cambio de frenar la apertura del juicio político, Wagner aseguró que quien mintió fue el presidente de la Cámara.

Según el jefe de los Diputados, Rousseff le pidió el miércoles al diputado André Moura que le ofreciera a Cunha apoyo del Gobierno para evitar un proceso en el Consejo de Ética a cambio de frenar el juicio político contra el jefe de Estado.

"Quien mintió fue Eduardo Cunha. El diputado André Moura no estuvo ayer con la presidenta sino conmigo y nuestra conversación fue sobre la pauta económica y no una negociación política", afirmó.

Wagner agregó que Brasil no puede rendirse a alguien como Cunha, que "usa su propio poder para paralizar el país y para paralizar el Congreso, siempre con la herramienta de la amenaza. Siempre amenazando para conquistar lo que quiere".

"Él intentó (la amenaza) con nosotros y no obtuvo nada. El gran derrotado es el presidente de la Cámara, que tendrá que enfrentar sin amenazas el proceso en el Consejo de Ética", afirmó.