El Banco de Francia revisó hoy a la baja sus previsiones de crecimiento económico para el país para los años 2016 y 2017, ante una coyuntura internacional menos favorable que en el actual ejercicio, para el que confirmó su estimación del 1,2 % de subida del Producto Interior Bruto (PIB).

El regulador prevé ahora un crecimiento del 1,4 % para el año próximo, cuatro décimas porcentuales menos que en sus previsiones de junio pasado, mientras que para 2017 augura una subida del 1,6 %, frente al 1,9 % que había adelantado.

En un comunicado, el Banco de Francia indicó que "los factores externos serán menos favorables" que lo anticipado con anterioridad y que los efectos positivos de la caída de los precios del crudo en la recuperación del consumo interno visibles en 2015 "se irán disipando progresivamente".

La reducción de las perspectivas de las economías emergentes provocará, además, un freno en las exportaciones francesas para los dos próximos años, aunque éstas podrán contar con el impulso de la zona euro, donde el Banco de Francia prevé un crecimiento del 1,7 % en 2016 y del 1,9 % en 2017.

En general, "la contribución del comercio exterior al crecimiento será ligeramente positiva en 2016".

En cuanto al mercado interno, el regulador señala que el estancamiento del consumo de los particulares se compensará con la reactivación de la inversión empresarial, apoyada por el bajo coste del endeudamiento y en las medidas de recuperación de la competitividad empresarial mediante exenciones fiscales adoptadas por el Ejecutivo.

El precio del petróleo mantendrá baja la inflación, que será del 0,1 % en 2015, del 1 % en 2016 y del 1,5 % en 2017.

Para el año en curso, el Banco de Francia confirmó la previsión de crecimiento del 1,2 %, asentada en la progresión del consumo interno favorecida por el bajo precio del crudo y en el dinamismo de las exportaciones por el tipo de cambio favorable.