Fue un acto más solemne que emotivo, pero siempre con la figura del mejor presidente de la historia del CD Tenerife presente. Con la presencia de algunas autoridades, consejeros y exconsejeros del club, estrechos colaboradores del homenajeado y más de una ausencia inexplicable, se inició un acto en el que se descubrió la imagen de la Ciudad Deportiva y se hizo entrega de la insignia de oro y brillantes, concedida a título póstumo, a Javier Pérez.

La recogió su compañera de vida, Josefina Castañeda, que agradeció a Miguel Concepción, su consejo de administración y a todos los participantes en estos cuatro días de actos. "Me siento muy feliz de que la Ciudad Deportiva lleve su nombre. Sé lo mucho que luchó para que tuviera primero unos terrenos y luego unas instalaciones así, tanto en el ámbito deportivo como en el personal", aseguró al comienzo de su intervención. La distinción llenó de emoción a toda la familia. "Quizás alguno de nuestros nietos la pueda portar con orgullo y satisfacción", prometió.

Cerró el acto Miguel Concepción, que quiso aportar una anécdota: "Formé parte de la plancha en las últimas elecciones de Pérez, que me había dicho que tenía que ser presidente del Tenerife. En 2006 se cumplió uno de los deseos que me había transmitido", contó.

Para el actual presidente del Tenerife, la de ayer es "una fecha para la historia" al cumplir "una promesa que adquirimos al entrar en el club". A Javier Pérez lo calificó como "un gran hombre y un brillante presidente", con el que "se hace justicia" con una persona "que entregó 16 años de su vida que marcaron un antes y un después en el Tenerife". Un vídeo, con fotos del expresidente, sirvió como emotivo punto y final de una semana para el recuerdo.