Cuántas vicisitudes, sacrificio, lucha y entrega han supuesto nada menos que medio siglo de vida. La sociedad Embutidos de Tenerife, S.A., creada por Martín García Garzón en 1965, se ha consolidado en nuestro archipiélago como una de las industrias cárnicas punteras del mercado con su marca estrella, Montesano.

Trabajador incansable, luchador nato, pero sobre todo un hombre de negocios honesto y honrado. Martín es una buena persona que ha sabido rodearse de colaboradores leales, y al mismo tiempo tener el apoyo de su familia, fundamental para su consolidación. Tanto su esposa, una gran mujer que ha respaldado su vida de ausencias por el bienestar de todos, como sus tres hijos, que ahora ocupan puestos de relevancia en la empresa, han sabido ganarse el prestigio y el respeto del sector. Martín, con 78 años en sus espaldas y de 14 a 15 horas diarias de actividad frenética, ahí sigue, como el famoso whisky, "tan campante", administrando el legado.

Le conozco de toda la vida y hubo un tiempo en que compartimos y departimos a diario una etapa de crisis en el sector de la alimentación que afectó a todos los pequeños y medianos empresarios y nos vimos obligados a defender tanto nuestros derechos particulares como los de otros empresarios, que esperaron resultados desde su sillón, cómodamente sentados. Estaban también en aquella lucha José Antonio Padrón y Eduardo García Sánchez, defensores a ultranza del sector, y grandes amigos ya desaparecidos, Carmelo Tosco, Joaquín Córdoba, Juan José Ruiz, Manolo Santana, Santiago Suárez..., y muchos otros que ya la memoria no me permite poner nombre a sus caras, pero cuyo recuerdo es imperecedero.

Qué duro y difícil sigue siendo ser empresario y autónomo en esta España sobrada de incultos y mediocres, en la que el triunfo y las ganancias te convierten en un oprobioso y explotador, pero si es al contrario, que te va mal y tienes que cerrar la empresa, eres culpable por derrochador y mal administrador. A estas alturas que no vengan a darme leciones de lo que significa cerrar un proyecto en el que te has dejado la piel, porque si has invertido tu dinero, casi siempre el cese de la actividad se debe a circunstancias ajenas a la voluntad del empresario. Aún con la llegada de la democracia, los distintos gobiernos no han sabido motivar y gratificar como se debe a los emprendedores, que crean empleo y consumo mientras los cosen a impuestos. Además, desde los organismos, muchas veces se meten en lo que no saben, y si el dinero se pierde por su mala gestión, el resto de ciudadanos tiene que afrontar sus desmanes. La figura del empresario no está dignificada, y no se dan cuenta que sin ellos el país no es nada, son el motor de la economía, creadores de trabajo y sufridores, pues la gran mayoría son pequeños y medianos empresarios o autónomos cuyo compromiso ha dado grandeza a España.

Montesano es una gran marca y Canarias debe estar orgullosa de tener una empresa productora y distribuidora de una amplia variedad de género líder en el mercado insular y abriéndose paso en el nacional, creciendo e ideando nuevos productos, con fábrica en la provincia de Badajoz e interconexión a los mercados internacionales. Soy un enamorado de su mercancía, pero si tengo que elegir me quedo con la mortadela, que nada tiene que envidiar a las italianas. ¡Qué gusto da comerse un bocata de tortillita de mortadela troceada, con el pan untado con unas gotas de aceite de oliva virgen!

En un reportaje en este medio su hijo Raúl habla de la expansión de la empresa, la atención que prestan al grupo, la creación de nuevos puestos, y de cómo han conseguido consolidar productos como el jamón serrano e ibérico, pues el control de la materia prima y la elaboración han sido garantía de su industria modélica.

Estoy orgulloso del ascenso de una familia peninsular instalada en esta tierra y que puedan presumir de ser canarios. Además, en lo personal, mi familia está agradecida a Martín García por su desprendimiento y apoyo incondicional en momentos muy difíciles de nuestra vida. Es de bien nacido ser agradecido, y lo estaré eternamente. Por eso les deseo lo mejor, salud, bienestar, prosperidad y larga trayectoria empresarial.

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