2015 será el año del antes y el después para la FIFA, la federación que lleva 111 años al frente del fútbol ahora en el punto de mira del FBI, que investiga la mayor trama de corrupción conocida en el deporte y por la que están imputadas una treintena de personas, algunas extraditadas ya a Estados Unidos.

Con la CONMEBOL y la CONCACAF en el centro de la diana, la investigación por sobornos que alcanzarían los 200 millones de dólares incluye 92 cargos por delitos como organización mafiosa, fraude masivo y blanqueo de dinero.

"Trataron de institucionalizar su corrupción para asegurarse de que podían vivir de ella, no por el bien del juego, sino para su propio engrandecimiento personal y el aumento de su riqueza". Son palabras de la fiscal general de Estados Unidos, Loretta Lynch, al confirmar las últimas detenciones el 3 diciembre.

Cual trama cinematográfica, la investigación del FBI, en colaboración con Suiza, tuvo su estreno a finales de mayo en Zúrich, ciudad sede de la FIFA, sorprendida el día 27 con la detención de 14 personas, 7 dirigentes de la organización que celebraba entonces su Congreso anual con elecciones a presidente.

Como sospechosos de corrupción, fraude, lavado de dinero, extorsión y sobornos fueron detenidos el vicepresidente Jeffrey Webb (Islas Caymán), el presidente de la Confederación Sudamericana (CONMEBOL), Eugenio Figueredo (URU), los presidentes de las federaciones de Venezuela, Costa Rica, Nicaragua y Brasil, Rafael Esquivel, Eduardo Li, Julio Rocha y José María Marín, junto al británico Costas Takkas, colaborador del presidente de la CONCACAF.

Días después Interpol dictó órdenes de búsqueda y captura sobre el trinitense Jack Warner, vicepresidente de FIFA y presidente de la CONCACAF, y el paraguayo Nicolás Leoz, presidente de la CONMEBOL durante 26 años (hasta 2013), que se vio forzado a dimitir por el caso ISL, empresa que comercializó durante años los derechos audiovisuales de FIFA y que desvió fondos de los que se beneficiaron también Joao Havelange y su yerno, Ricardo Teixeira.

La FIFA dio por cerrado aquel caso con la renuncia de los tres, pero la crisis actual es bastante más grave y la organización funciona a duras penas.

Frente a las detenciones de mayo, el suizo Joseph Blatter, presidente desde 1998, fue reelegido para un quinto mandato. Su único rival, el jordano Bin Al-Hussein, se retiró con 73 votos frente a 133 de Blatter, que parecía de nuevo salir indemne.

Su inesperada dimisión días después demostró lo contrario y obligó a convocar otras elecciones, el 26 de febrero, de momento con cinco candidatos. Entre ellos no está el francés Michel Platini, presidente de la UEFA desde 2007 y llamado a ser su delfín.

Platini es una de las "víctimas" más recientes de la Comisión de Ética de la propia FIFA, empeñada en demostrar su utilidad a base de imponer sanciones como la que le impuso el 7 de octubre durante 90 días, asociada a la investigación, que, a petición de la FIFA, sigue la Fiscalía Suiza sobre la concesión de los mundiales de 2018 y 2022 a Rusia y Catar, un germen que sigue activo después de cinco años.

La justicia suiza investiga un posible pagó desleal de dos millones de francos suizos de Blatter a Platini en 2011, por unos trabajos de asesoría realizados entre 1999 y 2002 y la Comisión de Ética también suspendió temporalmente por ello a Blatter.

Esta suspensión llevó a nombrar presidente interino al camerunés Issa Hayatou, hasta entonces vicepresidente sénior de la FIFA, que observa cómo la maraña de la corrupción no deja de salpicar.

Ecuador, Guatemala, El Salvador, Perú y Panamá son países afectados junto a Bolivia, Chile y Colombia, tres federaciones que vieron dimitir a sus presidentes antes de la segunda gran acción del FBI, el 3 de diciembre en Zúrich, donde detuvo los presidentes de la CONCACAF, el Alfredo Hawit (HON), y la CONMEBOL, Ángel Napout (PAR).

Estados Unidos lanzó más acusaciones contra 16 altos cargos y exdirectivos. Entre ellos el expresidente de Honduras de 1990 a 1994, Rafael Callejas, que estaba en la Comisión de Mercadotecnia y Televisión de FIFA, y el secretario general de la federación de Guatemala, Héctor Trujillo, juez del Tribunal Constitucional.

Los sobornos de la red, fundada en 1991, influyeron en el patrocinio de la selección de Brasil, en las elecciones presidenciales de 2011 y en la concesión a Sudáfrica del Mundial 2010, aunque la elección de Alemania en 2006 también se ha visto salpicada y por ello hasta Franz Beckenbauer.

Las pesquisas del FBI parten del testimonio del estadounidense Chuck Blazer, exsecretario general de la CONCACAF, investigado en 2011 por la policía por su gran fortuna y evasión de impuestos y que denunció compra de votos en elecciones de FIFA antes de renunciar a su cargo hace cuatro años.

El 9 de julio pasado Blazer fue inhabilitado a perpetuidad, pero la dinámica actual de la FIFA augura que su expulsión no será la última.