Albert Rivera es el candidato mejor valorado en España, y su partido, Ciudadanos, posiblemente la pieza clave del escenario sin mayorías según todos los sondeos.

El joven político llega a la cita electoral del día 20 con un proyecto, al que cree que le ha llegado su momento, y forjado a contracorriente del nacionalismo catalán.

Rivera (Barcelona, 15 de noviembre de 1979) suele tomar prestada de Víctor Hugo la frase "No hay nada más poderoso que una idea a la que le ha llegado su tiempo" para hablar de Ciudadanos (C''s), un partido que en menos de una década se ha posicionado como la segunda fuerza política de Cataluña y las encuestan lo sitúan con la tercera posición de la cita electoral del 20 de diciembre.

El político catalán llega a su primera cita con la política nacional respaldado por un discurso claro y contundente marcado por el rechazo al proceso independentista en Cataluña, al que suma una apuesta por la regeneración democrática de los "partidos viejos" y contra la corrupción.

Rivera, admirador de Martin Luther King y Nelson Mandela por su naturaleza como "luchadores natos que nadan contra corriente", ha calado entre el electorado descontento con la manera de hacer política en España, aunque también ha recibido críticas por su ambigüedad a la hora de ubicar ideológicamente a su partido, situado entre el centro-derecha y el centro-izquierda.

Rivera, que antes de político trabajó en los servicios jurídicos de un banco español, recibe apodos como el "candidato del Ibex 35", por su política económica de corte liberal, aunque confluyen con Podemos (izquierda) en algunas de sus propuestas en materia social como la ampliación de los permisos de maternidad y paternidad.

Abogado especializado en derecho constitucional y con un curso de Marketing político en la Universidad de Georgetown (EEUU), Rivera fue conocido por primera vez para el gran público cuando saltó a la arena política en 2006 con un cartel electoral en el que posaba desnudo tapando sus genitales con las manos con el lema "Solo nos importan las personas".

Lejos del revuelo mediático que causó entonces, el líder de la formación emergente ha demostrado desde entonces un extraordinario dominio de los nuevos soportes de comunicación, especialmente las redes sociales.

Rivera es, además de deportista -fue campeón de natación de Cataluña con 16 años-, aficionado a las motos y ferviente seguidor del Fútbol Club Barcelona.

Se trata de uno de los políticos más jóvenes del panorama político, que ha conseguido conectar con una nueva generación que no se siente identificado con el PP (partido en el poder, centro derecha) y el socialista PSOE, que encarnan el bipartidismo español.

El político apuesta por un cambio "sensato" en el que prime la "ética" y aboga por llegar a pactos con el resto de partidos en áreas de especial sensibilidad como la educación, la política exterior o el terrorismo.

Rivera, que no oculta su deseo de poder influir de forma determinante tanto en la política catalana como en la española, rehuye aclarar con quien podría formar gobierno tras el 20D, aunque sí aseguró que no apoyará al actual presidente de gobierno, Mariano Rajoy, en su investidura.