El Tribunal del Jurado consideró ayer culpable de un delito de asesinato a Guillermo Hernández, el ciudadano mexicano procesado por la muerte violenta de María Zulay Lozano en un piso de Guaza, en el municipio de Arona, en enero del año pasado.

Los miembros del Jurado, que leyeron el veredicto a las 18:45 horas de ayer, tuvieron en cuenta la declaración donde el acusado se confesó culpable de los hechos, así como otros datos clave surgidos de la investigación y la instrucción del caso, como, por ejemplo, la primera puñalada recibida por la víctima en el pecho, que tuvo carácter sorpresivo y no tuvo opción de defenderse.

Durante el breve juicio, Hernández reconoció que cogió el cuchillo de la mesa de la cocina y, de hecho, en el arma blanca se halló perfil genético de Hernández.

La mujer, de 37 años y natural de Icod de los Vinos, recibió unas 32 puñaladas en total y varias de ellas alcanzaron órganos vitales.

Tras la lectura del veredicto, la representante del Ministerio Fiscal, Francisca Sánchez, así como las dos abogadas de las acusaciones particulares (en representación del hijo mayor de edad de la fallecida, así como del exesposo y el hijo menor de la víctima) y el letrado de la Defensa coincidieron en solicitar una pena de 18 años de prisión, la prohibición de ir a los municipios de Arona e Icod de los Vinos en los años siguientes a salir de la cárcel, así como una indenmización de 300.000 euros para los hijos de la fallecida, de 20 y 15 años en la actualidad, así como otros 20.000 para el padre de la misma.

Aunque por una Ley aprobada en marzo de este año el acusado tiene opción de cumplir la pena privativa de libertad en su país de origen, ayer manifestó en la sala su voluntad de cumplir los 18 años en una cárcel española.