Al menos 102 miembros y simpatizantes de la guerrilla del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), tres militares y un civil han muerto desde el martes en las operaciones que el Ejército turco ejecuta en el sureste del país, según las nuevas cifras publicadas hoy por las autoridades.

El Estado Mayor explicó en su página web que 14 rebeldes kurdos murieron ayer en la ciudad de Cirze, donde desde el pasado lunes hay un toque de queda, al igual que en la localidad de Silopi, ambas en el sureste del país.

Desde el comienzo de la operación, 70 guerrilleros han sido abatidos en Cizre, otros 6 en Silopi, 16 en la localidad de Sur y 10 más en Dargecit. Ocho supuestos militantes del PKK han sido capturados en Cizre, mientras que las fuerzas de seguridad han sufrido tres bajas mortales y 25 heridos. También se ha informado de la muerte de una civil.

La edición digital del diario Hürriyet ha informado de una explosión en la ciudad de Idil, también en el sureste, donde una bomba casera habría estallado en la vivienda de un supuesto miembro del PKK, matando a tres personas e hiriendo a otras tres.

El Ejército está utilizando tanques en las ciudades donde se ha declarado el toque de queda y en cuyas calles los rebeldes del PKK y sus seguidores han levantado barricadas protegidas por explosivos, informan los medios locales.

Según varios periódicos, unos 10.000 efectivos de la Policía y el el Ejército participan en las operaciones.

El prokurdo Partido Democrático del Pueblo (HDP) ha denunciado que al menos 60 civiles han muerto durante los numerosos toques de queda impuestos desde agosto en localidades del sureste de Turquía, donde se concentra la población kurda.

El Consejo de Europa también ha expresado su preocupación por posibles violaciones de los derechos humanos bajo los toques de queda y la imposibilidad de que los periodistas puedan acceder a esas localidades para informar.