El director de la Agencia europea de control de las fronteras exteriores (Frontex), Fabrice Leggeri, asume que hay un "riesgo para la seguridad" en la llegada de grandes flujos de refugiados a Europa ante la dificultad de verificar si los pasaportes que se presentan están o no falsificados.

En declaraciones al dominical alemán "Welt am Sonntag", Laggeri asegura que los funcionarios de Frontex controlan con detalle la documentación de quienes llegan, pero advierte de sus limitaciones.

En una guerra como la de Siria, añade, nadie puede garantizar "que documentos que parecen reales hayan sido realmente emitidos por las autoridades oficiales o que quien lo lleva es la persona a la que legalmente le corresponde".

"Los grandes flujos de personas que en estos momentos viajan de forma descontrolada a Europa plantean por supuesto un riesgo para la seguridad", afirma.

Según informaciones del "Welt am Sonntag", que cita fuentes de los servicios secretos occidentales, el grupo terrorista Estados Islámico se ha incautado de decenas de miles de pasaportes en países como Siria, Irak y Libia

Los terrorista trafican con esos documentos, que se venden en el mercado negro por entre 1.000 y 1.500 dólares.

El pasado mes de marzo la Oficina Federal de Investigación Criminal (BKA) alemana confirmó informaciones periodísticas que apuntaban a que el Estado Islámico se había hecho con 3.800 pasaportes en blanco en la ciudad siria de Al Raqa, su principal bastión en el país.

Según las últimas cifras facilitadas por Frontex, más de 715.000 inmigrantes han llegado a las costas griegas en los primeros once meses del año, la mayoría sirios, afganos e iraquíes, mientras que la ruta desde Libia a Italia ha sido utilizada por un total de 144.000 solicitantes de asilo.