El obispo de la Diócesis de Canarias, Francisco Cases, aseguró ayer que "la crisis, al nivel de la gente de la calle, no se ha solucionado" pese a los datos macroeconómicos que hablan de mejora, y que lo prueba la actividad de Cáritas, cuya ayuda pide cada vez gente más diversa.

Ejemplo de ello es que las personas con hijos a su cargo, cuyas carencias conllevan que "la pobreza afecte a la población infantil en un porcentaje muy alto", suponen más de la mitad de los 8.873 desfavorecidos a los que la organización social religiosa atendió en el primer semestre de este año, que son "cada vez más jóvenes" e incluso, en un 3,07% de los casos poseen estudios universitarios.

Así lo expuso el director de Cáritas Diocesana de Canarias, Gonzalo Marrero, en una rueda de prensa convocada para presentar un análisis sobre la situación de la pobreza y la exclusión social en su ámbito de actuación, la provincia de Las Palmas, en los seis primeros meses de 2015.

Un análisis que, elaborado a partir de los datos de atención a gente necesitada de la propia organización, llevó a sus responsables a la conclusión de que, si bien en la economía, en general, ha habido "una ligera mejoría", los problemas sociales de la crisis persisten en Canarias, donde "la desigualdad ha aumentado en once puntos" en los últimos años, detalló.

"Por tanto, la mejora no está llegando a las personas a las que atienden las organizaciones sociales", sentenció.

Gonzalo Marrero aseguró, además, que se calcula que entre los dos mayores colectivos de atención a los desfavorecidos del archipiélago, Cáritas y Cruz Roja, y los servicios sociales de las administraciones públicas solo se ayuda a un 20% de quienes padecen exclusión social.

Lo cual supone que, de cada cien afectados por la pobreza de las islas, "quedan 80 personas que no son atendidas", dijo, afirmando al respecto: "Eso es lo que más nos preocupa".

Otro dato que inquieta a su organización, según expuso, es que el 73,5% de sus beneficiarios tiene entre 30 y 59 años, lo que significa que "está bajando la franja de edad de la desigualdad, que afecta a personas cada vez más jóvenes".

Una circunstancia esta que pone de relieve la ampliación de los segmentos de población perjudicados por la crisis, al igual que la incorporación entre los solicitantes de auxilio de Cáritas de gente con estudios universitarios, lo cual es "un fenómeno nuevo", que "no habíamos tenido nunca", recalcó.

Otros factores que subrayó Marrero como significativos son que el 80% de sus beneficiarios eran desempleados pero los demás tenían trabajos que no les daban para vivir, que muchos no cobraban prestación económica alguna, que uno de cada cuatro eran extranjeros, el 15 % de ellos en situación irregular, y que 1.016 carecían de vivienda.

Por lo cual, "cuando alguien dice que en Las Palmas de Gran Canaria no hay personas sin hogar, miente", apostilló el responsable de Cáritas Diocesana de Canarias.

Quien añadió que, aunque su organización es provincial, su homóloga de Santa Cruz de Tenerife trabaja con cifras similares a las suyas, lo que les lleva a pensar que, en conjunto, "es posible pensar que en estos momentos haya, al menos, 20.000 personas sin hogar" en el conjunto del Archipiélago, pese a que no haya registros que permitan confirmarlo.

Por todo lo expuesto, el obispo Francisco Cases insistió en que los datos rebaten el mensaje de que "ya se ha salido de la crisis" que "electoralmente se ha difundido mucho", y apuntaron a que "hay personas que van a seguir en crisis mucho tiempo".

Razón por la cual Cáritas animará en estas navidades a que los ciudadanos se haga socios de su organización financiando sus acciones, a través de una campaña puesta en marcha bajo el lema "Ayer, hoy, mañana".