Aridane Santana pasa unos días de vacaciones en su Gran Canaria natal antes de regresar a su actual destino profesional, Bangkok, e iniciar la pretemporada con el Glass, equipo al que se marchó el pasado mes de julio tras rescindir el contrato que tenía con el Tenerife y firmar otro de un año y medio de duración con el club tailandés.

En su primera experiencia en el extranjero, el delantero intervino en quince partidos de Liga y marcó 10 goles, más uno correspondiente a la Copa. Con vistas a la siguiente temporada, que comenzará el 13 de febrero, confía en mejorar sus registros y que el Glass supere la sexta posición que ocupó en el último torneo.

Casi medio año después del giro que quiso darle a su carrera profesional, asegura que no se arrepiente de haber elegido Tailandia para jugar. Además, aclara que no se tomó este cambio como una manera de preparar su retirada. "Con 28 años no tengo pensado colgar las botas. Solo quería buscar algo nuevo y ver cómo me adaptaba, porque pensaba que me podía enriquecer como persona. Pero no lo considero un retiro dorado", explicó ayer en Radio El Día.

El máximo anotador del Tenerife en la campaña de su último ascenso a Segunda División, logró superar el problema de la adaptación en poco tiempo. En lo referente a su trabajo, tuvo la ventaja de que "en el fútbol se habla un idioma universal". No obstante, enseguida notó las diferencias entre la competición que conocía y la que descubrió gracias al fichaje por su nuevo equipo. "En Tailandia se juega de otra manera. En Europa, los conjuntos son más compactos y organizados", señala como diferencia más relevante. De resto, el Pichichi del Glass se queda con que los jugadores locales "tienen una calidad técnica bastante avanzada, pero les falta la base táctica y ser más organizados, pero cada vez van mejorando en esos aspectos porque se han sumado a los clubes técnicos extranjeros". Es más, sostiene que la Thai Premier League "está creciendo y es más competitiva de lo que parece".

Aridane echa la vista atrás y apunta que no cambiaría nada de los últimos seis meses. "No me arrepiento", remarca el atacante, que siempre fue consciente de que en el país asiático le esperaba "una aventura llena de cambios respecto a la vida que había llevado anteriormente, pero con el tiempo te adaptas y estás mejor". En definitiva, se subió al avión con la idea de "hacer las cosas lo mejor posible" y considera que no ha fallado. "El reto era grande y estoy conforme con lo que he aportado".