Raúl Cámara (Madrid, 28-2-1984) es todo un experto en la Segunda División, categoría en la que ha competido diez temporadas diferentes. Acudimos a su amplio recorrido en la Liga Adelante para evaluar el estado en el que se encuentra el CD Tenerife (decimocuarto tras dieciocho jornadas, a seis puntos de sexto y con tres de margen sobre el décimo noveno) y tratar de adivinar cuál será su papel en la segunda vuelta. El lateral confiesa que la plantilla "tiene ganas" de ilusionarse con objetivos que no sean solo evitar el descenso.

Llegó la derrota en Valladolid. ¿Esperaban estar seis semanas sin perder cuando se produjo el cambio de José Luis Martí por Agné?

Siempre he creído en el potencial de este equipo. Siempre lo he hecho. Durante la pretemporada, y también en algunos momentos de la competición, este grupo dejó claro que tenía muchas armas. Evidentemente, luego se vio que el equipo no estaba siendo regular a nivel competitivo, y esta categoría te pide competir siempre, aunque también es verdad muchas veces no te deja jugar todo lo bien que quieres. Pero en las últimas jornadas hemos conseguido ser más regulares, jugando en algunas fases bien al fútbol y otras no tanto.

¿Por qué cree que el Tenerife fue tan irregular en el comienzo de la temporada?

Después de una pretemporada muy ilusionante, la gente pensó que el comienzo de la Liga iba a ser diferente al de los años anteriores. Al final, el mal inicio de la competición nos presionó un poco a todos, y hay que tener en cuenta que en la plantilla hay mucha gente joven que es nueva en estas situaciones. Y cuando las cosas no van bien y hay tanta presión por la exigencia de tener que sacar puntos y por verte abajo, para los jóvenes es más complicado rendir. Pero resulta que vino el míster (Martí) y nos reseteó un poco a todos. Nos eliminó la presión y las malas sensaciones que podíamos tener por lo que había pasado antes. El hecho de que él acabase de colgar las botas unos meses antes hizo que nos entendiera perfectamente a todos. Martí sabe lo que sentimos en cada momento y eso se nota. Hay técnicos que dejaron de ser futbolistas hace 20 o 40 años y estas cosas les cuestan. El cambio nos vino muy bien a todos.

Se ve que necesitaban una solución como la que aportó el club. El resultado fue inmediato.

El futbolista, si es profesional y honesto y le duele lo que hace, nunca se siente bien cuando se produce la destitución de un entrenador, porque eso significa que una o varias personas van al paro. Los que jugamos somos los futbolistas, y también somos los responsables de lo pasa en el campo, más allá de que se mire siempre al entrenador. Diría que lo que pasó también fue un toque de atención. En definitiva, vino el nuevo míster y supo transmitirnos lo que necesitábamos y darnos mucha confianza. A partir de ahí, el equipo también supo reaccionar, porque venía de una situación complicada. Pero a ningún vestuario comprometido le gusta que echen a alguien a la calle. A ninguno.

Mencionó antes a los jóvenes de la plantilla por lo que representó para ellos el decepcionante comienzo de Liga. ¿No le parece que han sabido responder?

Nadie estaba a un buen nivel, o también puede ser que no fuéramos capaces de plasmar en el campo todo lo que queríamos hacer. Individual y colectivamente, el equipo estaba por debajo de sus expectativas, al margen de que el vestuario fuera más o menos joven. Si me preguntas por los chicos, diría que están creciendo muy rápido. A mí me ha pasado que en los momentos malos aprendí mucho más. Eso es justo lo que les está pasando a ellos. Se está viendo que todos nos están dando mucho. Me refiero a Cristo, Omar, Jorge, Alberto... No sé si me dejo a alguno. Estoy seguro de que todos van a ser muy importantes para el Tenerife en el presente y el futuro. Solo espero que la categoría no se les haga demasiado larga. De momento veo que están en una línea muy buena y que se toman cada semana como una oportunidad para crecer y descubrir nuevas sensaciones. Ahora están absorbiendo muchas experiencias y situaciones; de todo. Y cada vez van a ser mejores. Seguro.

En general, ¿el grupo está más aliviado que hace dos meses?

Pero tampoco te puedes relajar. Si ahora llega otro tropiezo, estaremos otra vez en una situación complicada y crítica. Es que en esta Liga hay mucha igualdad y un montón de equipos en muy pocos puntos. Estamos en el momento de que el Tenerife se lo crea y, con humildad y con el trabajo que estamos mostrando, dar un golpe encima de la mesa y decir: vamos a intentar vivir mejor, luchar por otras cosas y no estar siempre al filo de la navaja, porque cuando no es así, hay mucho más nerviosismo y el jugador rinde peor. La intención consiste en despegarnos de abajo. Queda mucha Liga y la competición va a dar bastantes vueltas. Estoy seguro de que algún equipo que ahora está arriba, va a estar abajo, y al revés. Al final, lo importante es ser regulares, con mejor o peor juego, y tener las ideas muy claras. Pero la Liga es muy larga y vamos a sufrir.

Se nota que tienen ganas de quitarse la etiqueta de equipo que aspira únicamente a salvarse.

Hasta ahora hemos estado mirando la clasificación con el retrovisor. De hecho, incluso hemos estado en puestos de descenso. Cuando estás tan abajo, sufres un estrés adicional y soportas una reponsabilidad extra. Y es verdad que el equipo tiene ganas de verse más arriba. Cuando logras colocarte en una situación más desahogada, te liberas, te desgastas menos y rindes a un nivel superior. Tenemos ganas de vivir mejor el día a día, de estar más arriba, y de ilusionar un poquito a la gente y también de ilusionarnos nosotros, porque nos lo merecemos; sobre todo la afición.

Por lo que comenta, no se ven inferiores a ningún adversario.

Insisto: la categoría está muy igualada. El Almería tiene un nivel individual excepcional y mira qué problemas está teniendo para salir de los últimos puestos. Al final, la competición no depende de los presupuestos ni de las individualidades, sino de los grupos, del día a día, del trabajo, de ser mentalmente fuertes... Se está viendo. Otro ejemplo, pero contrario: el Nástic está realizando una campaña sensacional y muchos de sus jugadores tienen poca experiencia en el fútbol profesional. Pero siempre pasa lo mismo, hay mucha igualdad en la Liga y los partidos se deciden por pequeñas cosas: detalles, concentración, compromiso, sacrificio... Y son cosas que en el Tenerife las tenemos claras. Si no las perdemos de vista en lo que queda de temporada, podremos dar guerra.

Termina un año en el que, entre otras cosas, firmó la renovación de su contrato hasta 2017 y solo se perdió tres partidos.

Y, sobre todo, no me lesioné. Al final, eso es lo más importante para un futbolista, independientemente de participar más o menos. No hay peor cosa que estar sin poder entrenar, sin estar en el día a día... He tenido la suerte de estar bien, de que me hayan respetado las lesiones, de jugar bastante y de estar ahí. En lo colectivo, ojalá hubiéramos luchado por otros objetivos la temporada pasada. Pero siempre se puede estar peor. Esperamos que en 2016 el equipo compita por otras metas y que iniciemos el nuevo año hablando de estar más arriba y de no sufrir tanto. En lo personal, solo pido salud y que me respeten las lesiones en 2016. Lo demás te lo tienes que ganar. Nadie regala nada.