Santa Cruz de La Palma tuvo que suspender la Cabalgata y optar por el plan B: que los Reyes Magos recogieran las cartas de los más pequeños en el pabellón Roberto Rodríguez Estrello. Por la mañana, Melchor, Gaspar y Baltasar recibieron las llaves de la ciudad en el atrio del ayuntamiento, con el objeto de que pudieran entrar por la noche en todas las viviendas de la capital. No fue la única localidad de la Isla que tuvo que optar por instalaciones cubiertas para celebrar la llegada de Sus Majestades.

Llevaba meses sin llover.

Todo lo contrario sucedió al otro lado de la Isla. En Los Llanos de Aridane la lluvia amenazó el principal acto del 5 de enero, pero finalmente la cabalgata pudo desarrollarse por las principales calles del casco urbano.