Una terrible tragedia sacudió ayer a vecinos de la zona de Ten Bel, en Costa del Silencio (Arona), después de que una mujer de 45 años y su hijo, de cinco, fallecieran en el incendio de su estudio en los apartamentos Los Dragos. El vecino de la planta baja, Jesús Heredia, resume en una frase los momentos de tensión e impotencia que se vivieron durante la propagación del fuego en el inmueble, por no poder acceder a la casa y salvar a las víctimas: "Nuestra frustración es que vimos al niño vivo y no lo pudimos salvar", decía ayer desconsolado. Y no fue el único que se vio desesperado. Familiares de las víctimas también provocaron altercados al estimar que el servicio de extinción de incendios tardó mucho. Otros vecinos rechazan tal opinión y recuerdan que el personal del Consorcio tardó unos 8 o 10 minutos desde Las Chafiras.

La víspera de Reyes empezó a estar marcada por la tragedia pasada la medianoche. En el apartamento 355 residían Rosario Reyes Cáceres, de 45 años, y su hijo Brian. Rosario trabajaba de camarera de pisos en los apartamentos Alondras Park, en Costa del Silencio también, y Brian acudía al colegio Luis Álvarez Cruz de Las Galletas. Vivían solos en una pequeña casa, de apenas 33 metros cuadrados con la terraza incluida. Y era una familia tranquila.

Una amiga de Rosario, Obelencia Pérez Velázquez, la describe como una "buena madre" que vivía volcada con su hijo, "que era un terremoto". La mujer deja huérfanas a dos jóvenes gemelas de alrededor de 17 años, que viven con su abuela.

La víctima adulta del incendio de ayer era hija de andaluza, pero nació en Cataluña y llevaba viviendo en los apartamentos Los Dragos hace más de 15 años.

Fuentes de la Guardia Civil explicaron que, a falta de los análisis que requiere un suceso de esta magnitud, todo apunta a que el fuego se produjo de forma accidental, es decir, que no hubo intencionalidad en su origen. Varios indicios apuntan a que el fuego se debió a un descuido con una colilla.

El fuego en la vivienda se detectó a las 00:14 horas y a esa hora se avisó al 1-1-2.

Mientras llegaba personal del Consorcio de Bomberos, varios vecinos trataron de salvar a los moradores de la casa afectada.

A Rosario Reyes nadie la oyó gritar ni pedir auxilio. Pero los ciudadanos del complejo, entre ellos Jesús Heredia, sí escucharon con nitidez a Brian pedir ayuda a través del balcón terraza porque se estaba quemando.

El acceso por dicha terraza fue imposible, ya que dicho espacio tiene un cerramiento completo de rejas bien ancladas.

Aun así, los vecinos no desistieron y dieron la vuelta, entraron al patio comunitario, subieron las escaleras y trataron de abrir la puerta del pequeño piso.

Jesús Heredia explicó ayer que lograron abrir la puerta, pero una "lengua de fuego" les impidió acceder al inmueble. Utilizaron extintores y mangueras, pero no lograron parar las llamas.

Este extremo fue confirmado por fuentes de la Policía Local de Arona, varios de cuyos agentes acudieron al lugar.

Hasta la calle Hércules acudieron un par de dotaciones de bomberos del parque de Las Chafiras, que se encontraron con un incendio bastante avanzado.

Mientras se llevaban a cabo las tareas para sofocar las llamas en el interior de la casa, una parte de las personas que se hallaban concentradas ante el estudio de Rosario se empezaron a alterar, sobre todo por parte de los familiares de Rosario y Brian.

Para impedir que los altercados fueran a más, agentes de la Policía Local tuvieron que intervenir y calmar los ánimos.

Los bomberos encontraron en primer lugar a Brian y posteriormente a su madre, ambos carbonizados.

La investigación de este asunto ha sido asumida por agentes destinados en el Equipo de Policía Judicial con base en Playa de las Américas.

Para tratar de determinar con exactitud el origen del fuego, dos miembros del Laboratorio de Criminalística de la Guardia Civil efectuaron la inspección ocular y recogida de indicios en el piso afectado por el fuego.

Dicha labor se desarrolló durante varias horas y finalizó aproximadamente a las 12:45 horas.

Los cadáveres fueron trasladados de madrugada hasta el Instituto de Medicina Legal de Santa Cruz de Tenerife para realizarles la autopsia.