El espíritu de la cultura de raíz tradicional de Canarias que irradió la cantante y tamborilera herreña Valentina Hernández, "la de Sabinosa", convertirá hoy dicho pueblo en un santuario de la música popular canaria con la celebración del 125 aniversario de su nacimiento, evento al que asistirán cientos de personas procedentes de todas las Islas.

Esta iniciativa de la Asociación Cultural Amigos de Valentina comenzará a las 11:00 horas, a la entrada del pueblo, de donde partirá un desfile, acompañado de pitos y tambores herreños, que recorrerá las calles de la localidad en una actividad bautizada como "El sendero de la Historia".

Durante la ruta se harán paradas en diversas casas pertenecientes a destacados cultores de la tradición musical gavetera, donde sus familias explicarán el destacado papel de sus progenitores en la preservación de la peculiar cultura musical y dancística de su pueblo.

"No hay escenarios, todo transcurre en un paseo por el pueblo y suceden cosas en diversos lugares que tienen relación con Valentina, o con personas que compartieron con ella", matizó Manuel González, responsable de los contenidos del natalicio.

Acto seguido, en la plaza del Ingeniero José de Vallabriga, se descubrirá en una pared un mural con trescientas fotografías que componen una imagen general sobre Valentina y Sabinosa. En el mismo lugar, los niños de la escuela de folclore Tejeguatito reproducirán melodías de cantos de trabajo del cancionero herreño. Además, la Agrupación Folklórica de Sabinosa, a la que perteneció Valentina Hernández, recreará una de las piezas emblemáticas de Valentina, "El tango herreño".

Los participantes en esta "peregrinación" se trasladarán hasta las puertas de la casa de Valentina, donde las poetisas Carmen González y Alcira Padrón versearán en loas y los cantores Carmelo Padrón y Juan Luis Barrera invitarán al público a cantar con ellos los estribillos de "La meda herreña".

Tras una ofrenda floral en la tumba de la cantora herreña y de José Quintero Simanca, Olga Ramos interpretará su célebre "Arrorró".

La comitiva seguirá su recorrido hasta la plaza de la iglesia de la Consolación, donde se desarrollará un encuentro en el que intervendrá más de medio centenar de cantadoras e instrumentistas isleñas venidas de cada una de las Islas, a las que se sumarán seis mujeres cantantes de la isla natal de Valentina. El concierto, coordinado musicalmente por Pancho Delgado, terminará con la interpretación de la popular canción "En busca de Valentina", a cargo de la grancanaria Olga Cerpa y del palmero Luis Morera, único participante masculino en este singular encuentro de mujeres cantoras.

Cerpa comentó a este periódico que Valentina, "la de Sabinosa", es un icono para los músicos canarios, "es como Ítaca para Ulises. Es una manera de afrontar la música de raíz".

La cantante de Mestisay, grupo promotor del proyecto "En busca de Valentina" junto a Taburiente, recordó que la descubrió en la televisión, cuando era una niña, y le impresionó mucho porque hasta entonces lo que conocía de la música de raíz canaria era una música de cuerda.

"Aquella viejita con un tambor me descubrió un universo sonoro que formaba parte de mi identidad. Creo que fue una manera de hacer un camino para nosotros. Ella simboliza eso, representa volver a la esencia, a la raíz más o menos desnuda. Valentina significa todo eso (...). Espero haber colaborado en revivir ese espíritu y su llama de alguna forma por todo lo que supuso. Sumar gente a la identidad, a su recuerdo, que era lo que buscábamos con el proyecto En busca de Valentina".

Por su parte, Luis Morera, de Taburiente, también se comprometió hace muchos años a mantener y perpetuar el nombre de Valentina porque considera que la identidad musical en Canarias se ha ido borrando con el tiempo, "porque han ido entrando nuevas músicas que la han ido desplazando, como el regatón o las batucadas".

Hace cuatro décadas que Taburiente descubrió a Valentina. "Cuando veníamos del rock y de cantar en inglés, una mujer sencilla como ella nos descubrió que teníamos una identidad, una raíz. A partir de ahí Taburiente empezó a ser lo que fue (...). Ella es un símbolo. Esa mujer, casi sin cultura, cuando cogía el tambor y se ponía a cantar transmitía una identidad tremenda, una idiosincrasia que queremos mantener".