El obispo de Albacete y presidente de la Comisión Episcopal de Migraciones, Ciriaco Benavente, valoró que la respuesta española y europea a la llegada de refugiados de guerra "no ha sido la adecuada", salvando el caso de países como Suecia o Alemania, que "han dado ejemplo" al resto de Estados.

"Hemos de reconocer que la respuesta de las administraciones públicas europeas como la de la española no ha sido la adecuada, evidentemente", manifestó. "Creemos que en comparación con otros países de renta per cápita muchísimo menos que la española, aún en crisis, (como Jordania o Líbano) soportan una realidad de atención a refugiados sensiblemente mayor", indicó Benavente.

El prelado presidió ayer la presentación de la campaña de la Iglesia española con motivo de la Jornada Mundial del Emigrante, que se conmemorará el próximo 17 de enero. Durante el acto, reconoció que "también es verdad que el migrante va donde quiere y quiere ir al centro de Europa", pero lamentó que, pese a la "conmoción" generada por la publicación de la foto de Aylan, el niño sirio ahogado en una playa de Turquía, "pasados unos meses parece que se ha solucionado, pero no, el problema sigue ahí".

"Este año el papa Francisco nos invita a tomar en serio el tema de las migraciones, que es un problema que no solamente no se soluciona sino que adquiere proporciones cada vez más llamativas y adopta carácter casi casi de tragedia humana", subrayó, en relación a la campaña que se iniciará el próximo 17 de enero, enmarcada en el Jubileo de la Misericordia promulgado por el pontífice.

En este sentido, destacó la idoneidad del mensaje del papa Francisco, centrado en la lucha contra la "globalización de la indiferencia" y la "acogida" a los más necesitados como los instrumentos para abordar la cuestión de los movimientos migratorios y la llegada de refugiados, así como la gestión de la integración.

Por ello, la campaña de la Conferencia Episcopal Española centrará su mensaje con motivo de la Jornada Mundial del Migrante en los conceptos de "hospitalidad" y "dignidad" y bajo el lema "Emigrantes y refugiados nos interpelan. La respuesta del Evangelio de la Misericordia''.

"El papa plantea también el problema de la identidad", recordó. "Quienes vienen son personas que tienen su cultura, su identidad y su identidad religiosa", matizó. Y añadió que "Él sabe que según la forma en que se gestione la diversidad puede ser fuente de paz o fuente de conflictos".