El Carnaval de los 80 -lema de la edición que comenzó anoche- regresó a Santa Cruz de Tenerife en una sencilla gala inaugural que comenzó con una minicabalgata presidida por la reina adulta de 2015, Adtemexi Cruz Hernández, que volvió a lucir, tal vez por última vez, su fantasía "Áurea", de Jorge González.

Fueron 60 minutos de un espectáculo tan sencillo como económico, por su decoración, que se limitó a iluminar la fachada del Museo de la Naturaleza y el Hombre, colocar una televisión de 42 pulgadas, que estuvo la mayoría del tiempo detrás de los presentadores, y un chicharro. Si no fuera porque recrea el elemento central del cartel de Javier Torres Francis, presente en el público, parecería que anunciaba la celebración del entierro de la sardina, por el que habrá que esperar hasta el miércoles 10 de febrero.

La gala inaugural se contagió de la misma rapidez con la que se celebra este año el Carnaval. A las 21:00 horas, comenzó el espectáculo, que fue de más a menos. David, de Ni 1 Pelo de Tonto, simuló a Miguel Ríos en su "Bienvenidos" y parafraseó la letra para recibir a los "hijos del Carnaval". Inmediatamente, unas azafatas, al más puro estilo del programa de televisión de los ochenta "1,2,3", le acercaron una chaqueta para que siguiera con la versión ochentera del "Santa Cruz en Carnaval", que interpretó delante del mismísimo compositor, también premio Opelio Rodríguez Peña, Agustín Ramos.

La obertura de la inauguración fue a más, con una pequeña cabalgata que presidió la reina del Carnaval 2015, flanqueada por las comparsas ganadoras de la ya pasada edición, Joroperos, Cariocas, Danzarines Canarios y Tropicana de Candelaria. A partir de ahí, dio un giro el espectáculo y, su responsable artístico, Enrique Camacho, dio una demostración de que podría batir un récord Guinness como en el año 1987. En aquella edición, la primera que se dedicó a Roma, se hizo historia con Celia Cruz y los Billo''s Caracas Boys haciendo bailar a más de 250.000 personas en la calle, y anoche Camacho resolvió en poco más de media hora el sorteo de las 34 aspirantes que sueñan con ser reinas: doce niñas, ocho mayores y catorce mayores.

Las candidatas protagonizaron ese momento, mientras les daban paso los maestros de ceremonia, Iván Bonales y Pilar Rumeu. Las niñas descubrieron su turno con un cubo rubik; las mayores, al descolgar un teléfono, y las jóvenes, con un libro de "La historia interminable". Y no porque fuera así el primer acto del Carnaval 2016, que fue fugaz.

Las niñas disfrutaron y alegraron al público con una sencilla coreografía, al igual que las mayores. A varias solo les faltó un tocado para aspirar al cetro por la elegancia de su fantasía. Entre ellas, Isabel Luis Domínguez, que participará con un diseño de su nieto Alexis Santana. Este autor ya ganó la reina infantil hace tres años, cuando presentó a su hermana. Cerraron el sorteo las reinas adultas, con una espectacular fantasía, que podría ser la envidia de algún traje que ganó en la década de los años sesenta.

Entre las participantes a reinas, la niña Lucía Castellano, del Complejo Acamán, o Lucía Hernández, de Alcampo, en una apuesta por la integración.

Casi en un batiburrillo entre foto de familia de autoridades y batucada con silenciador acabó la gala inauguración, a la que ayer, por primera vez, asistió la concejala del Carnaval de Las Palmas, Inmaculada Medina, con su gerente. Comenzó el Carnaval, y hoy los concursos. El de anoche fue un aperitivo que dejó ganas de mucho Carnaval.