Tantas veces han cantado las murgas a la voz del pueblo, la razón de su existir -dicen-, que esta edición Fiestas, bajo la dirección de Gladis de León, ha incorporado en el jurado del concurso más esperado y que comienza mañana a Domingo Hernández Ramos, más conocido como Mingo, el de Mister Smile, un altar del Carnaval, en la calle Cruz Verde, y puntualmente en la plaza Candelaria.

Eran las doce del mediodía y, curiosamente, había cola a las puertas de la hamburguesería esperando que Mingo hiciera un alto y accediera a sacarse una foto con algunos de sus clientes y conocidos, que se enteraron por EL DÍA de que iba a ser jurado de murgas adultas desde mañana y hasta el viernes, cuando será la final. "Me han hecho el mayor regalo de mi vida", aseguró.

Nacido en Santa Cruz de Tenerife en octubre de 1973, Mingo es carnavalero y murguero. De hecho, entre 1990 y 1991 militó en las filas de Juanveintreros, cuando vivía en Juan XXIII. Pero necesitaba respirar y disfrutar de otras cosas, cuenta. En 1994, el año de surfista con Ni Pico-Ni Corto, ensayó con ellos, pero por motivos laborales no pudo salir. En 1995 subió con Triqui-Traques. A partir de ahí los horarios de sus trabajos le han impedido ensayar. Desde la década de los noventa ha trabajado en la conocida zumería "Viva María", luego en "Los Cubanitos", que regentaba su familia, para incorporarse al Mister Smile, donde lleva diez años en su segunda época.

"Me da muchísimo respeto ser jurado, por la gente que conozco y porque sé la importancia que tiene tanto para las murgas como para los aficionados", explica.

Mingo se muestra prudente cuando se le pregunta por sus estilos favoritos, a sabiendas de la responsabilidad a la que se enfrenta desde mañana. "Me gusta la crítica y también el humor; para mí la Fufa era la bomba cuando era chico. Me siento murguero gracias a Nicolás Mingorance. Verlo con su saxofón era la bomba. Toda una autoridad", dice en referencia al letrista de la murga madre.

Sin entrar a citar murgas actuales, muestra su dominio de la historia murguera y, sobre todo, de las canciones, hasta el punto de identificar melodías repetidas o que hicieron historia. "¿Murgas grandes? Trasnochados, Singuangos...". Pero Mingo se siente sobre todo abrumado: "No sé lo que hago aquí porque quien debería estar en mi sitio en el jurado es Manolito, del Bar Las Tres Rosas, de la calle de La Rosa", dice con humildad y el orgullo de poder ver el jurado con otros ojos.

"Por mi trabajo, si voy al recinto no disfruto de las murgas porque muchos me conocen, nos saludamos y hablamos; por eso tengo la costumbre de encerrarme en mi casa con un cuaderno y hacer mis puntuaciones y poner mis notas; unas veces he acertado con el veredicto y otras no", añade.

Es consciente de que este año cambia la puntuación. "Vuelve a los orígenes; se votará del uno al diez y punto, sin arrastrar la nota de fase a la final", explica.

Ayer tuvo la confirmación oficial de que estará en el jurado, después de que ya haya visitado a muchas murgas que lo han invitado a conocer el trabajo realizado. "Yo no sé de murgas; me gustan. Las murgas no se aprenden, las murgas se disfrutan", sentencia desde su sabiduría popular que estará presente en el jurado.

Entre otros miembros, valorarán interpretación Fran León, actor; Paco "El Chino" Paredes, de Chichiriviches; Felipe Neri Gil, director de la Banda de Música de Santa Cruz; Besay Pérez, solista ganador de rondallas; Naomi Santos, de Abubukaka; y los periodistas Melisa Torres, José Domingo Méndez e Iván García. Finalmente no estarán María Rodríguez, de Timaginas Teatro, ni Kiko Barroso, de Las Palmas.